El gobierno de Nicolás Maduro reclamó sanciones y alertó que el bloqueo en el Caribe afecta la estabilidad de los mercados energéticos globales. Rusia expresó su respaldo a Caracas.
El gobierno de Venezuela exigió este lunes la activación de mecanismos del sistema multilateral para "investigar, sancionar y prevenir la repetición" de lo que calificó como "actos de piratería" perpetrados por Estados Unidos en el Caribe contra buques petroleros venezolanos. Además, advirtió que la energía no puede convertirse en un "arma de guerra".
El reclamo fue formalizado mediante una carta firmada por el presidente Nicolás Maduro y leída por el canciller Yván Gil durante una transmisión del canal estatal VTV. La misiva fue enviada a todos los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y cuestiona el bloqueo ordenado por Washington contra embarcaciones sancionadas que entren o salgan de Venezuela.
Según el texto, estas medidas "golpearán la economía mundial" y aumentarán "la inestabilidad de los mercados internacionales", al afectar el suministro de petróleo y energía. "La energía no puede convertirse en instrumento de coerción política", remarcó el canciller al leer el documento.
La denuncia se conoció mientras el presidente estadounidense Donald Trump se aprestaba a mantener reuniones con altos funcionarios de seguridad nacional en su residencia de Mar-a-Lago, en lo que la Casa Blanca anticipó como un "anuncio importante", vinculado a la construcción de nuevas embarcaciones militares.
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El presidente de Estados Unidos presentó la futura "Trump Class", amenazó con acciones dentro de Venezuela y redobló su ofensiva contra el narcotráfico en la región.
En paralelo, Rusia expresó su respaldo a Venezuela. Gil informó a través de su canal de Telegram que mantuvo una conversación telefónica con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien manifestó la "plena solidaridad" de Moscú con Caracas y ratificó su apoyo frente a lo que consideró "hostilidades" y violaciones al derecho internacional. Además, anticipó que Rusia respaldará a Venezuela en la próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
En la carta, el gobierno venezolano sostuvo que la operación estadounidense denominada "Lanza del Sur" en el Caribe constituye "una amenaza directa del uso de la fuerza" y denunció la confiscación de al menos dos buques petroleros. Según el texto, estas acciones encuadran como "actos de agresión" conforme a la Resolución 3314 de la Asamblea General de la ONU.
Por su parte, desde Washington, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, afirmó que Nicolás Maduro "tiene que irse". En una entrevista con Fox News, sostuvo que las acciones contra los buques buscan frenar actividades ilegales y acusó al gobierno venezolano de utilizar los ingresos del petróleo para financiar el narcotráfico.
"No solo estamos interceptando estos barcos, también estamos enviando un mensaje al mundo: la actividad ilegal en la que participa Maduro no puede tolerarse", afirmó Noem, quien calificó al gobierno venezolano como "un enemigo de Estados Unidos".
El cruce de acusaciones se da en un contexto de creciente tensión diplomática y militar en el Caribe, con implicancias que podrían extenderse al plano energético y geopolítico internacional.