La ex reina de la Vendimia decidió viajar para despedir al Santo Padre que falleció este lunes.
Entrevistado en el programa La Verdad al Aire, en MNews Radio, El Observador Mendoza 106.1, Jesica Antolín, reina nacional de mandato cumplido de Mendoza, estuvo en el Vaticano para despedir al Papa Francisco. Lo hizo junto a su madre, en el marco de una visita a Europa que coincidió, por una coincidencia inesperada, con el fallecimiento del Sumo Pontífice.
Miles de fieles se acercaron a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje. Las filas para acceder a la capilla ardiente eran extensas y exigían entre cuatro y cinco horas de espera bajo el sol, en plena primavera europea. Antolín relató que muchas personas no estaban preparadas para esas condiciones: faltaban provisiones básicas como agua, comida o sombrillas. Entre los asistentes, había ancianos, niños y personas en silla de ruedas, sin una organización que priorizara esos casos.
El ingreso al Vaticano incluyó un primer control de seguridad tras un kilómetro de fila y luego dos kilómetros más hasta llegar a la Basílica. Una vez dentro, la situación mejoraba levemente en términos organizativos. El recorrido fue exigente físicamente y, en muchos momentos, violento, debido a la aglomeración de personas que empujaban o incluso pasaban por encima de quienes se descompensaban.
A pesar de las dificultades, Antolín calificó la experiencia como profundamente emotiva. Señaló que el ambiente era de respeto, recogimiento y diversidad, con personas de distintas nacionalidades y religiones. También destacó el carácter histórico del momento, dado que coincidía con el Jubileo y el reciente paso de las Pascuas.
Uno de los hitos fue cruzar la Puerta Santa, que solo se abre cada 25 años, lo que añadió una carga simbólica especial a la despedida. Para Antolín, despedir al Papa junto a su madre fue un acto íntimo y único, que quedará en su memoria para siempre.
En cuanto a la figura de Francisco, Antolín subrayó que el Papa logró transmitir un mensaje de unidad y amor más allá de la religión católica. También reflexionó sobre cómo su figura fue más valorada en el resto del mundo que en su país de origen, Argentina, donde fue objeto de intensos debates y polémicas.
Por cuestiones de tiempo, Jesica y su madre no pudieron visitar la Basílica de Santa María la Mayor, donde se realizará el sepelio. Sin embargo, consideraron la experiencia como un privilegio y un cierre emotivo de su viaje.