Las uvas enteras pueden ser uno peligro para los niños menores de 5 años, las personas mayores y quienes padecen problemas de deglución.
Comer las 12 uvas es uno de los rituales tradicionales que se llevan a cabo en muchas partes del mundo durante la fiesta de Fin de Año, pero debe realizarse con cautela y, en particular, deben tener mayor cuidado los menores de 2 años, los mayores de 65 y quienes sufren disfagia, un trastorno de la deglución que consiste en la dificultad para masticar o tragar y que afecta a más de dos millones de españoles.
La asfixia es una de las principales causas de mortalidad durante la infancia, especialmente en niños de entre uno y cinco años, ya que sus habilidades motoras y de deglución aún no están completamente desarrolladas, según informó la Asociación Española de Pediatría (AEP).
En tanto, el riesgo aumenta durante las Fiestas de Fin de Año, ya que se consumen más alimentos que pueden generar problemas, como turrones, frutos secos, caramelos o uvas. "No hay año en que no acabe algún niño en urgencias por este motivo, con consecuencias a veces graves o incluso fatales", confirma Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la AEP, quien insiste en que "el atragantamiento se puede prevenir tomando las medidas adecuadas y aprendiendo a actuar correctamente si se da un episodio".
Desde la citada Asociación indicaron que no se le deben ofrecer uvas enteras a los niños hasta que alcancen los 4 o 5 años, que es cuando el riesgo de atragantamiento disminuye significativamente, por lo cual se pueden buscar alternativas para que los más pequeños sean partícipes del ritual de las 12 uvas para despedir el año que termina y dar la bienvenida al nuevo.
Algunos de los sustitutos habituales tampoco son recomendables y se desaconsejan los frutos secos o los pequeños caramelos rellenos de chocolate en menores de cinco años, ya que los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.
Si no queremos que nuestros hijos con menos de 5 años se pierdan la tradición, este es el mejor modo de preparar las uvas y asegurarnos de que los niños las toman con seguridad, según la AEP: