El Gobierno minimiza el impacto del pago del 9 de enero de bonos reestructurados (Globales y Bonares) y afirma que cuenta con los dólares para cubrir amortización e intereses. Caputo dijo que intentarán cumplir sin emitir nueva deuda en Wall Street y en Balcarce 50 admiten que la opción más probable es un repo con bancos.
La Casa Rosada salió a bajar el tono ante los vencimientos de deuda en moneda extranjera de enero, que superan los US$4.000 millones, y transmitió un mensaje de tranquilidad: "está resuelto" y "ya tenemos los dólares". Sin dar detalles sobre el mecanismo puntual, el oficialismo sostiene que el pago no generará sobresaltos en el frente cambiario ni un drenaje adicional de reservas netas.
El compromiso más relevante llega el 9 de enero, cuando vencen capital e intereses de los bonos soberanos reestructurados en 2020, principalmente Bonares y Globales vinculados a los tramos 2029/2030 (AL29, AL30, GD29, GD30). Según el detalle citado por fuentes oficiales, del total a pagar ese día, unos US$2.700 millones corresponden a amortización de capital y alrededor de US$1.600 millones a intereses.

El ministro de Economía, Luis Caputo, informó que el Comité Evaluador del RIGI dio luz verde a Gualcamayo (oro y plata) en San Juan, con US$ 665 millones de inversión y 1.700 empleos directos. Con esa incorporación, el Gobierno contabiliza 10 proyectos aprobados, en su mayoría energéticos, y evalúa prorrogar el plazo de adhesión más allá de julio de 2026.
El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el Tesoro buscará cumplir con el pago sin salir a emitir deuda bajo legislación extranjera en Nueva York, en línea con la idea de reducir la dependencia del financiamiento externo tradicional. En el oficialismo, de todos modos, reconocen que la alternativa más probable para cerrar la brecha sería avanzar con un repo con bancos internacionales.
En el mercado se menciona como primer pilar la colocación del bono en dólares ley local a 2029 (Bonar 2029), por la que el Tesoro obtuvo US$1.000 millones. A eso se suman compras de divisas y depósitos oficiales que distintos reportes ubican cerca de los US$2.000 millones.
Además, el Gobierno espera reforzar la disponibilidad de dólares con el ingreso por la privatización de las represas del Comahue, una operación que fue informada en torno a US$706,8 millones.
En los pasillos oficiales también circula una última carta: el swap por US$20.000 millones con el Tesoro de Estados Unidos, del que ya se informó una activación parcial por US$2.500 millones en octubre, como eventual respaldo de liquidez si el resto de las vías no alcanzara.
En paralelo, el Ejecutivo acelera para conseguir la sanción del Presupuesto 2026, que incluye autorización para volver a emitir deuda bajo jurisdicción extranjera por hasta US$36.520 millones, una señal que el Gobierno considera relevante para el riesgo país, aunque insiste en que no planea usarla para el pago de enero.
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Después de la sesión del 17/18 de diciembre, cuando LLA y Unión por la Patria acordaron la terna de auditores para la Auditoría General de la Nación (AGN), el presidente de Diputados Martín Menem reactivó contactos con aliados, empezando por Cristian Ritondo. El PRO judicializó la designación y el oficialismo teme llegar debilitado a las votaciones de febrero de 2026
El mensaje al mercado también se enlaza con las conversaciones con el FMI: el equipo económico sostiene que los movimientos están coordinados con el organismo y que buscarán reordenar la discusión sobre la meta de reservas. En ese marco, el BCRA ya anticipó que desde 2026 apunta a un esquema de acumulación ligado a la "re-monetización", con un escenario base que contempla compras de hasta US$10.000 millones si la oferta de divisas lo permite