Después de la sesión del 17/18 de diciembre, cuando LLA y Unión por la Patria acordaron la terna de auditores para la Auditoría General de la Nación (AGN), el presidente de Diputados Martín Menem reactivó contactos con aliados, empezando por Cristian Ritondo. El PRO judicializó la designación y el oficialismo teme llegar debilitado a las votaciones de febrero de 2026
En plena tregua navideña, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, encaró una ronda de llamados y reuniones para "bajar la tensión" con los socios parlamentarios, luego del cortocircuito que dejó la última sesión de extraordinarias: la votación de los representantes de Diputados en la Auditoría General de la Nación (AGN), que terminó con libertarios y kirchneristas votando en sintonía y el PRO denunciando una ruptura de acuerdos.
El primer gesto político fue hacia Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO, señalado por su propio espacio como uno de los principales interlocutores para recomponer puentes. Desde el entorno de Menem explicaron que lo hace "en su condición de presidente de la Cámara", mientras en el oficialismo admiten que necesitan volver a ordenar la relación con los dialoguistas para la agenda legislativa de 2026.
El conflicto se activó en la madrugada del 18 de diciembre de 2025, durante la sesión del Presupuesto, cuando se aprobó la terna para la AGN: Rita Mónica Almada (propuesta por LLA), Juan Ignacio Forlón (UxP) y Pamela Calletti (Innovación Federal). Ritondo reaccionó en el recinto y apuntó a la "falta de códigos" de La Libertad Avanza y de la conducción de la Cámara.
El PRO llevó el tema a la Justicia con un amparo y pidió una medida de no innovar para frenar la jura, alegando que la designación se hizo fuera del temario habilitado para extraordinarias (mencionan la resolución 7018-D-2025).
Pero, aun con la judicialización en marcha, los tres auditores juraron en la AGN en una reunión encabezada por su titular, Juan Manuel Olmos, y su mandato quedó fijado hasta 2033, lo que mantuvo el malestar en el PRO.
En el oficialismo conviven dos diagnósticos. Por un lado, quienes miran los números y recuerdan que en la sesión del 17 de diciembre el quórum estuvo al límite y se completó sobre la hora con aportes de Miguel Pichetto y Nicolás Massot, entre otros legisladores provinciales.
Por el otro, los que relativizan la crisis con el PRO y creen que "no tiene margen" para correrse. Pero el trasfondo es que, esa misma noche, el Gobierno tampoco pudo sostener una votación clave: el Capítulo XI del Presupuesto fue rechazado (consta en la versión taquigráfica) y allí se mezclaban temas de alto costo político -como universidades y discapacidad- con el capítulo que incluía el ítem por coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires, un punto que impactó de lleno en la relación con el macrismo.
Con ese clima, Menem busca "aceitar" también el vínculo con otros bloques, especialmente los que articulan con gobernadores. El motivo es concreto: en febrero de 2026 el Gobierno prevé llevar al Congreso una reforma laboral, un debate para el que La Libertad Avanza necesita sostener acuerdos parlamentarios más amplios que su propio bloque