Silvia Lo Presti, de 61 años y vecina de la localidad platense de City Bell, brindó detalles de la pesadilla que vivió junto a una amiga mientras paseaban por el predio pinamarense. "Esta gente está mal", sostuvo
Ya pasó más de una semana del brutal ataque que sufrió cuando paseaba con una amiga por el campo de golf de Pinamar, y Silvia Lo Presti, la víctima, todavía no sale de su asombro. "Fue terrible, no sé por qué tanta violencia...", lamentó en diálogo con un medio local, y al mismo tiempo valoró seguir con vida luego del salvaje castigo a palazos que recibió por parte de una jugadora: "Si me pegaba con la parte de madera, me mata".
Jubilada, de 61 años, Silvia reside en la ciudad de City Bell, en el partido bonaerense de La Plata, pero habitualmente visita la localidad de Pinamar, donde es dueña de un dúplex y aprovecha para descansar.
El pasado martes 19 de noviembre, ella y Adriana, una amiga, paseaban por el campo de golf pinamarense. Mientras caminaban, charlaban y tomaban un termo de mate, pero nunca interrumpieron a las personas que jugaban. Sin embargo, su presencia molestó a dos de los socios, que en ese momento se encontraban en el green y disputaban un partido de golf. Y de un momento a otro, la situación se desmadró por completo.
"Fue terrible. No sé por qué tanta violencia, y de la nada. Porque no hubo una discusión en el medio, no hubo una agresión. Nosotras estábamos caminando, tomando la energía del pasto. Y nada justifica esa violencia. Esta gente evidentemente no está bien", aseguró Silvia en una entrevista concedida a Pinamar Diario.
Con evidente angustia por el ataque sufrido, Silvia continuó su relato: "Lo que les molestaba en definitiva es que estuviéramos ahí, porque ni siquiera estábamos interrumpiendo el juego. Nuestra idea era que pasaran, siguieran jugando y nosotros siguiéramos ahí al costado".
No obstante, Celeste López, la presunta autora de los golpes, y su pareja, Mariano Girini, dueño de una importante farmacia de la zona, no estaban conformes con Silvia y su amiga presentes en el predio. Y desde un principio, lo manifestaron con violencia. "A mi amiga le tiraron una pelota a la altura de los tobillos, como diciendo 'váyanse'. Adriana le dice 'ay discúlpame, ya nos estábamos yendo'. Y ahí empezaron a decirnos 'no saben la diferencia entre una plaza y un campo de golf', 'si quieren tomar mate váyanse al conurbano', 'negras ratas', 'esto no es Ostende, 'nosotros pagamos 54 mil dólares para estar acá'. Todas esas barbaridades que se escucharon en el video", recordó la víctima.
Y ante la consulta sobre cuál de los agresores fue el que las agredió verbalmente, Silvia precisó: "Fueron los dos. Estaban totalmente sacados".
Durante el reportaje, Silvia contó que no quería interceder en el altercado que, hasta ese momento, su amiga Adriana mantenía con los golfistas. Pero al escuchar los reiterados insultos e improperios contra su compañera, decidió tomar cartas en el asunto. "Yo estaba callada y en un momento me acerco y dije 'basta, se acabó'. Y ahí la mujer me pegó con el palo de golf en el cuello y la cabeza, y lo parte. Y no le daba la distancia, porque si me pegaba con la madera, me mata", aseguró.
"Mi cabeza quedó como cuando te pegan, que quedás temblando. Y veo que saca otro palo, y me vuelve a pegar. Ahí dije 'estoy en el horno'", admitió Silvia.
A pesar de la pesadilla vivida, Silvia no guarda rencor contra la gente que conforma el mundo del golf, al ser consciente de que no todos hubieran reaccionado como lo hicieron López y Girini. "La gente del golf es muy honorable, no como esta gente. Esta gente lamentablemente existe", concluyó. (Infobae)