El expresidente fue hospitalizado tras interrumpir un evento polí­tico en el noreste de Brasil. La operación duró 12 horas y es la quinta desde el apuñalamiento que marcó su carrera polí­tica en 2018.

Durante el fin de semana, el hospital reportó una alteración en sus niveles de presión arterial, situación que fue manejada clí­nicamente y luego estabilizada. Este domingo, Bolsonaro compartió en redes sociales una imagen desde el centro asistencial, donde aparece con la cicatriz de la intervención visible.

En la publicación, explicó que ese mismo dí­a le fue retirado el apósito para realizar limpieza y chequeo de los puntos centrales, además de drenar fluidos en la zona izquierda del abdomen.

"Por ahora sigo sin tomar nutrición oral, recibiendo nutrición por ví­a intravenosa y realizando sesiones diarias y más intensas de fisioterapia para acelerar mi recuperación", escribió Bolsonaro en su cuenta de Instagram. Añadió también que se encuentra "estable, con la presión arterial controlada y una respuesta clí­nica considerada positiva por los médicos".

Esta es la quinta cirugí­a a la que se somete el exjefe de Estado desde que fue apuñalado hace casi seis años.

El actual procedimiento fue motivado por intensos dolores abdominales que experimentó durante una actividad pública en el noreste del paí­s, lo que obligó a suspender su participación en el evento y regresar de inmediato a la capital brasileña.

La intervención quirúrgica, señalaron los especialistas, fue particularmente compleja debido a las múltiples operaciones previas y la naturaleza de las lesiones abdominales que arrastra desde el ataque.

El equipo médico, en tanto, indicó que el proceso de recuperación será gradual y monitoreado de forma constante, dado el historial clí­nico de Bolsonaro y la magnitud de la cirugí­a practicada.

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