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Noboa recibe el apoyo de Trump y la denuncia de fraude de la correísta González pierde fuerza

El presidente estadounidense felicitó al "gran líder para el maravilloso pueblo de Ecuador"; el insólito reclamo de la candidata opositora suscitó rechazos en sus propias filas

Lunes, 14 de Abril de 2025
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Pasados los llantos y los festejos, y pasada la burda matemática del expresidente Rafael Correa, que respaldó la denuncia de fraude de su candidata Luisa González con un tuit sin demasiado sustento, los ecuatorianos comienzan a avizorar cómo serán los siguientes cuatro años tras la reelección de Daniel Noboa.

La primera noticia después de la noche electoral, cuando la gente recién se levantaba tras la victoria de Noboa por 12 puntos de diferencia sobre su rival, fue un mensaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que le dio su confianza al mandatario. Nada desdeñable el mensaje del republicano, siendo Estados Unidos el socio comercial número uno de Ecuador, y cuando el gobierno de Noboa precisa renegociar el arancel "universal" del 10%.

Trump calificó a Noboa de "gran líder para el maravilloso pueblo de Ecuador", felicitándolo por su reelección. "¡No los defraudará!", escribió en su plataforma Truth Social.

Los ecuatorianos aún intentan descifrar la denuncia de fraude de González, que cuando parecía que iba a felicitar a su rival, se encaramó en el escenario de su búnker de campaña y se despachó con una insólita arenga sobre la "dictadura" de Noboa, que según su dramático relato canceló la voz del pueblo y secuestró la democracia.

Rafael Correa, su mentor, dijo en su cuenta de X que el fraude estaba demostrado en la medida que González sacó 44% de votos en la primera vuelta, y volvió a sacar exactamente el mismo número en el balotaje. "Todos saben que estos resultados son imposibles. Sacamos el mismo 44% de la primera vuelta. Estos mafiosos hubiesen podido disimular un poquito más", dijo Correa. Como si el 44% fuera solo la base y desde ahí era todo suma para González. Como si los votos no cambiaran y fluyeran en todas direcciones.

¿Qué pasará con la denuncia de fraude? ¿Veremos protestas masivas exigiendo la caída del presunto dictador y el ascenso de nuevo al poder del correísta salvador?

"Lo del fraude no tiene asidero. Es costumbre ecuatoriana, pero sorprende que utilice esa acusación cuando hay una diferencia tan grandey sobre todo con el argumento de que no coincide con las encuestas. Varios de sus partidarios, como los alcaldes de Guayaquil y Quito, la prefecta de Guayas, ya la dejaron sin base", dice  el analista político Simón Pachano.

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Desde el fin de la primera vuelta empezó a delinear una "victoria histórica", tal como él mismo la definió

"No se puede hacer denuncias de fraude si no van acompañadas de un sustento. La Revolución Ciudadana desplegó una misión de más de 47 mil voluntarios para hacer control electoral. Sin presentar indicios de situaciones irregulares, el grito de fraude se va a quedar ahí, como una pataleta o un berrinche de quien se niega a reconocer que ha perdido", coincide su colega Mauricio Alarcón.

El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, tomó distancia en un mensaje en X y felicitó al presidente por la reelección. "Si el pueblo eligió, hay que respetarlo. Más allá de que nos guste o no, el pueblo eligió democráticamente y hay que ser honestos en reconocerlo. Lo peor es ser un mal perdedor. Dios quiera que le vaya bien al Ecuador por el bien de todos nosotros (.) En la vida hay que sabe perder, eso también es honestidad", escribió.

El mensaje suena bastante a un epitafio a la carrera política de González, rechazada en las urnas y también por sus compañeros de partido. O al menos un epitafio a sus aspiraciones presidenciales. Obligados a bajar la cabeza ante la candidata designada de Correa, dirigentes de Revolución Ciudadana disconformes se vieron dispensados de guardar silencio una vez sentenciado el resultado.

"En la Revolución Ciudadana están en una crisis interna que comprenderás compleja por este resultado mismo, porque muchos de la nueva generación no querían que fuera Luisa la candidata, ahí había varios cuadros y que les molestó muchísimo que sea esta mujer", dice Leonardo Laso, exministro de Comunicación y asesor presidencial.

La elección de la candidata debilitó las chances de Revolución Ciudadana. De acuerdo con Laso, lo que puso fin a sus aspiraciones fue prometer, el lunes pasado, que una vez en la presidencia instalaría lo que llamó "gestores de paz", una suerte de milicia comunal que se ocuparía de combatir la ascendente delincuencia.

"Eso de los gestores de paz. la verdad que estoy más tranquilo", dice Pedro, un estudiante de negocios internacionales de 21 años.

Cerrado el capítulo González, cuando se levanta la mirada se ven los inmensos retos que debe encarar Noboa tras el voto de confianza de los ecuatorianos: violencia récord, deuda pública aplastante, nula inversión extranjera, informalidad laboral. Y con la dificultad añadida del escaso margen de gobernabilidad con que cuenta.

Noboa comienza su nuevo mandato con un Congreso fragmentado, donde su partido, Acción Democrática Nacional, deberá buscar alianzas para desarrollar su agenda. Revolución Ciudadana cuenta con un bloque de 67 asambleístas, la mayor fuerza con una banca más que el oficialismo. A ninguno de los bloques les alcanza para tener la mayoría absoluta de 77 legisladores.

"Partimos del hecho de que la Asamblea Nacional está partida, es una Asamblea que tiene como primera fuerza al correísmo y que si Noboa no está en condiciones para hacer equipo, se puede convertir en la piedra en el zapato del gobierno. Si Noboa no capitaliza y une a todos los demás actores no logrará los votos suficientes para cambios constitucionales como los que busca en materias tan sensibles como la seguridad", dice Alarcón.

Los votantes, incluso los de Noboa, expresan una sensación similar a la de los analistas, pero incluso más didáctica, sobre las carencias de sus dirigentes.

"No quería que ganara Luisa porque detrás de ella está Correa, y detrás de Correa está Maduro, el chavismo venezolano", dice Margarita Muñoz, una costurera de 51 años que votó por Noboa pero no le dio un cheque en blanco. "Veremos cómo sigue en estos cuatro años. porque tampoco es que sea nada del otro mundo como presidente". 

Fuente: La Nación