El incidente ha puesto en el centro de la controversia al secretario de Defensa, al consejero de seguridad nacional y al vicepresidente, entre otros
Hegseth, exinfante de la Guardia Nacional y expresentador de Fox News, asumió el cargo en el Pentágono decidido a adelantarse a las políticas del presidente Trump. Durante sus primeros dos meses, impulsó cambios polémicos como reducir la influencia de la OTAN y prohibir el servicio de soldados transgénero, siguiendo las directrices de la administración.
Sin embargo, su gestión se ha visto empañada por diversos tropiezos, siendo la filtración de los planes de ataque en Yemen uno de los más graves. La divulgación de detalles sobre los aviones, objetivos y tiempos de ataque podría haber puesto en riesgo la vida de pilotos y oficiales de inteligencia, generando alarma en la comunidad militar y en los pasillos del Pentágono. Hegseth ha negado haber enviado "planes de guerra" y ha criticado a Jeffrey Goldberg, pese a que la Casa Blanca confirmó la autenticidad del chat.
Michael Waltz, consejero de seguridad nacional y exboina verde con experiencia en dos misiones de combate en Afganistán, asumió la "plena responsabilidad" por haber creado el grupo de chat en Signal. "Yo hice el grupo, es vergonzoso. Vamos a llegar al fondo del asunto", declaró durante una entrevista en Fox News.
Sin embargo, restó importancia al impacto de la información filtrada a través de la aplicación, afirmando: "Sin ubicaciones. Sin fuentes ni métodos. Sin planes de guerra. Los socios extranjeros ya habían sido notificados de la inminencia de los ataques. En resumen: el presidente Trump está protegiendo a Estados Unidos y nuestros intereses".
El incidente ha desatado críticas y llamado a una revisión de los protocolos de seguridad en la administración, especialmente en un contexto donde la protección de datos clasificados es crucial para la integridad de las operaciones militares y la seguridad nacional. La revelación del error ha subrayado la necesidad de fortalecer las medidas de control y supervisión de los sistemas de comunicación, en un momento en el que el manejo adecuado de información se convierte en un tema fundamental para la credibilidad y eficacia del gobierno.
El vicepresidente JD Vance, exsenador de Ohio y autor de Hillbilly Elegy, sorprendió al expresar dudas sobre la operación contra los hutíes. En el chat, Vance cuestionó la pertinencia de la acción, señalando que el tráfico comercial estadounidense en la zona era mínimo y sugiriendo que la operación resultaba inconsistente con la postura actual de Trump respecto a Europa.
Sus comentarios, que se apartan de la línea tradicional del presidente, han añadido otra capa de complejidad al debate sobre la estrategia militar y la coordinación en altos niveles de la administración.
Miller, actual subjefe de gabinete de la Casa Blanca y asesor de política de seguridad interna, fue un influyente estratega en la primera administración Trump. Desarrolló políticas como el veto migratorio a países de mayoría musulmana y la separación de familias en la frontera. En el chat grupal, un usuario con las iniciales "S.M." -que Goldberg atribuye a Miller- escribió que Trump había dado luz verde a la operación en Yemen.
Otros de los 18 miembros del chat incluían al secretario de Estado Marco Rubio, la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, el secretario del Tesoro Scott Bessent, el director de la CIA John Ratcliffe, el enviado especial de Trump para Medio Oriente Steve Witkoff, la jefa de gabinete de la Casa Blanca Susie Wiles y el nominado de Trump para dirigir el Centro Nacional de Contraterrorismo, Joe Kent.
Ante llamados, especialmente por parte de los demócratas, para la renuncia de los principales responsables y la apertura de investigaciones sobre posibles violaciones a leyes federales, el incidente pone de manifiesto las tensiones internas y los riesgos operativos en una administración que, en su afán por adelantarse a su líder, ha comprometido la seguridad nacional. Con las investigaciones en curso, queda por ver cuáles serán las consecuencias para todos los involucrados en el chat y cómo se ajustará la estrategia de seguridad en el futuro.
Diarios The Washington Post y The New York Times