Este jueves 9 de octubre cumpliría años John Lennon.
Había una vez, en una ciudad gris de Liverpool, un niño llamado John Lennon, que miraba el mundo con ojos curiosos y un cuaderno lleno de canciones en la mano. Desde pequeño, John no solo escuchaba música: la sentía, la pensaba y la soñaba. Cada acorde de guitarra que aprendía era un paso más en su viaje hacia algo que aún no podía imaginar del todo: cambiar la música para siempre.
Creció entre calles empedradas y vecindarios llenos de historias, con una madre que lo alentaba y una ausencia que lo marcó para siempre. Escribía letras en servilletas y dibujaba mundos en las paredes de su habitación. Pero lo que parecía un juego de niño, poco a poco se convirtió en una pasión que no podía detenerse.
Con amigos que compartían su mismo sueño, formó una banda que luego se conocería como The Beatles. Juntos, John y sus compañeros transformaron las canciones en poemas que hablaban de amor, libertad y sueños imposibles. Y aunque el mundo parecía gigantesco y lleno de obstáculos, John tenía una convicción simple: la música podía unir a las personas y cambiar la manera en que veían la vida.
Pero John no solo soñaba con música; soñaba con un mundo mejor. Con su voz, sus letras y hasta con sus actos, luchó por la paz y por la idea de que los sueños podían ser más grandes que cualquier muro que se interponga. Y aunque su vida terminó demasiado pronto, sus canciones siguen viajando de generación en generación, recordándonos que los soñadores que se atreven a imaginar pueden dejar una huella que nunca desaparece.
Hoy, en su cumpleaños, recordamos a John Lennon no solo como un músico o una estrella, sino como el niño de Liverpool que decidió escuchar su corazón, tocar sus canciones y hacer del mundo un lugar más libre y creativo.