Hoy no tienen cabida en la Argentina los Pichetto, la Sra. Cristina, Yacobitti, Lousteau y los Moureau de la vida.
“Nunca desperdicies una buena crisis.”
WINSTON CHURCHILL
Quien haya observado esta semana los distintos hechos políticos se habrá percatado de la terrible distancia que la política tradicional tiene con las necesidades reales de la gente. Recordar situaciones como el patético y armado enfrentamiento dentro del PJ, las tomas de las universidades por parte de una minoría estudiantil radicalizada y no convocante, la furia y el intento de judicialización del ahora intrascendente Lousteau después de la derrota en las elecciones internas radicales, y los comentarios de toda una clase política que se muestra fuera de la realidad, como los dichos del veterano derrotado Pichetto y su ladero, el exministro “Banelco” Flamarique, todo no hace más que mostrar lo fuera que están del pensamiento de la gente. La política argentina, como la conocíamos hasta ahora, está acabada. Esto no significa que los viejos tiempos alguna vez no regresen; lo que sí queda claro es que HOY no tienen cabida en la Argentina. Los Pichetto, Sra, Yacobitti y Moureau de la vida, en este momento no existen. Destruyeron su credibilidad en semanas, indicio claro de lo rápido que hoy se puede pasar del poder a la insignificancia, con las posibles consecuencias judiciales que eso puede, a veces, ocasionar. TODO NUEVO.
Si me pregunta qué lo origina, solo se me ocurre decir que es el cansancio y la total pérdida en la credibilidad. A continuación, describiré las conclusiones de tres charlas distintas sobre temas diversos y dispares. Preservaré todo tipo de identidades; solo le digo que en todos los casos son personajes importantes y representativos de la realidad de hoy. Lo anotado:
Bueno, a adaptarse o agua y ajo...
GAME OVER, o como destruir una carrera política en 3 fáciles pasos…..y en 10 días
WCH
Hoy le diría a los buenos estudiantes de todas las universidades del país que no se rindan ante quienes, por cuestiones políticas e ideológicas, buscan dañar al presidente, aprovechando un caro tema para este por mucho tiempo educado país, reflexiona el editorialista