Mundo Fue investigado

El líder del Hezbollah ultimado en el Líbano tenía cuentas pendientes con la justicia argentina

El fallecido fiscal Alberto Nisman había mencionado al dirigente Hassan Hasrallah en un informe en la causa AMIA: un juez federal, incluso, le dictó un congelamiento de fondos.

Sabado, 28 de Setiembre de 2024
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El líder terrorista Hassan Nasrallah, el hombre fuerte del Hezbollah ultimado en el Líbano por un ataque de Israel, tenía cuentas pendientes con la Justicia argentina. Apuntado por el fallecido fiscal Alberto Nisman en un informe por la causa AMIA, fue investigado por la Unidad de Información Financiera (UIF) y, por pedido de este organismo antilavado, su nombre fue incorporado en 2019 en el registro de los terroristas internacionales más buscados.

Su ficha en el Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de Terrorismo y su Financiamiento (Repet) lo identifica con la referencia HARP001 y su inclusión en el listado se realizó el 18 de julio de 2019, el día en que se cumplían 25 años del atentado a la AMIA.

En julio del año siguiente, la justicia federal ordenó congelar los fondos del Hezbollah y de 22 dirigentes islámicos, entre los que se encontraba el líder Nasrallah. Su nombre sobrevoló con insistencia entre los sospechosos de haber tenido vínculos con los atentados a la AMIA (1994) y a la embajada de Israel (1992), en la ciudad de Buenos Aires.

La medida que dispuso el congelamiento de fondos fue firmada por el juez federal de Eldorado (provincia de Misiones), Miguel Angel Guerrero, al tomar en cuenta los informes de inteligencia de agencias norteamericanas que revelaban lazos de los sospechosos con el terrorismo, además del análisis financiero de inversiones en la Triple Frontera, particularmente en Ciudad del Este, registros de videos en los que se instaba a la lucha armada y el análisis de una red financiera que se mezclaba con actividades de lavado de dinero. Algunas versiones, incluso, lo ubican en proximidades de la Triple Frontera en meses cercanos al atentado a la AMIA.

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El magistrado investigaba al clan Barakat, con la colaboración de la Procuraduría de Criminalidad Económica, la UIF y la Gendarmería desde 2015, cuando se reportó que uno de sus integrantes cambiaba premios millonarios en el casino de Puerto Iguazú. Las sospechas apuntaban a posibles nexos con el lavado de dinero, ya que su nombre figuraba en una lista de actores del terrorismo internacional.

Los datos de Nasrallah existentes en la Argentina, especialmente en el registro de personas vinculadas con actos de terrorismo, mencionan que nació en la ciudad de Al Basuriysh, pero los datos difieren en el año de su nacimiento y arriesgan entre 1953 y 1960.

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El informe de Nisman

El secretario general del Hezbollah fue mencionado por Nisman en un informe reservado dirigido a Interpol, en 2006. El fiscal de la causa AMIA y su equipo le atribuían a Nasrallah un enérgico llamado a la violencia, en represalia por el secuestro de Mustafa Dirani, líder de Hezbollah, ocurrido en marzo de 1994.

Ya en 2002, ocho años después del atentado a la AMIA, el entonces juez federal Juan Jose Galeano incluyó a Nasrallah en una lista de sospechosos del atentado. Advirtió que en ese tiempo había recrudecido el conflicto entre fuerzas de Israel y grupos de apoyo a las causas libanesa y palestina, presumiblemente para boicotear el proceso de paz que se desarrollaba en Medio Oriente. El exmagistrado entendía que así surgía de los informes de representantes diplomáticos argentinos en la región.

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El informe de Nisman, en tanto, avanzaba sobre las responsabilidades del líder del Hezbollah. “Laestrecha vinculación entre Hezbollah e Irán no necesita ser ya aclarada. Fue abiertamente aceptada por el propio Nasrallah cuando en febrero de 2012 dijo que desde 1982 recibía “todo tipo de apoyo moral, político y material de la República Islámica de Irán”. No se trata únicamente de “apoyo moral y político”, sino de ayuda militar, según el fiscal, muerto en enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero, en circunstancias nunca aclaradas.

“Esta bárbara agresión sionista fortalece nuestra determinación a continuar la lucha, sin importar los sacrificios que tengamos que hacer. Nuestra guerra es de gran escala, nuestra enemistad con los asesinos del Profeta es infinita y nuestro deseo de destruir las puertas de Khaiber es inclaudicable”, reza el texto lanzado contra Israel por el secretario general de la organización terrorista.

LA NACION