Un futuro prometedor se apagó tenuemente por una lesión ligamentaria y malas decisiones. En la actualidad, tuvo que vender un auto para subsistir.
El fútbol argentino cuenta con historias conmovedoras. Algunas cuentan con un final feliz, mientras que otras no corren con la misma suerte. La carrera de todo futbolista es volátil e impredecible, una buena decisión puede ser la puerta de entrada para la gloria.
Sin embargo, detrás de cada historia hay una persona que luchó con uñas y dientes para cumplir su sueño. Este fue el caso de Sergio Adrián Guillermo, quien tocó el cielo con las manos al consagrarse campeón con el Boca de Carlos Bianchi en 1998.
Pero las malas decisiones que tomó durante su carrera fue la llave que lo marginó del verde césped. En la actualidad, al igual que diversos jugadores, se la rebusca de diferentes maneras para subsistir.
Con tan solo 18 años, "Escobillón", como era apodado en las inferiores, debutó con la camiseta de Boca en el Torneo Apertura 1998 de la mano de Bianchi.
Su velocidad y rebeldía le permitió ganarse la confianza del DT, que en más de una ocasión lo metió en el equipo para que le destrabará un partido. Aquel plantel Xeneize se destaca por contar con jugadores como Hugo Ibarra, Guillermo Barros Schelotto, Juan Román Riquelme y Martín Palermo, entre otros.
Después de un debut prometedor en el recordado Torneo Apertura 98, en 1999, José Pekerman lo convocó para formar parte de la Selección en el Sudamericano Sub 20 en Mar del Plata. Durante ese torneo, la vida de Guillermo dio un giro inesperado cuando sufrió una lesión en la rodilla.
A pesar de la lesión, continuó jugando, y para poder disputar un partido decisivo contra Brasil, "Escobillón" fue infiltrado, lo que tuvo serias repercusiones en su carrera. Al regresar al club de La Ribera, se confirmó la rotura de ligamentos, lo que lo mantuvo alejado de las canchas por un largo periodo.
Sin embargo, aconsejado por su representante, Settimio Aloisio, decidió aceptar la aventura de jugar en Badajoz de España. Esta decisión fue errónea y lo alejo del epicentro. En el 2000, regresó a Boca, pero no fue tenido en cuenta por Bianchi, motivo que lo obligó a buscarse nuevos rumbos.
Dentro de todas las camisetas que vistió, las más destacadas son: Estudiantes de la Plata, Jorge Wilstermann (Bolivia), Estudiantes de Caseros, San Telmo, Deportivo Morón y Club Sportivo Luqueño (Paraguay).
Pero las malas decisiones de Guillermo se trasladaron fuera del campo de juego, donde malgastaba su dinero. Luego de buscar nuevos rumbos, el exdelantero del Xeneize recibió apoyo desde las diferentes peñas de Boca y una pensión del club para aquellos exjugadores que pasan una mala situación económica.
Además, su separación también le llevó dinero, motivo por el cual tuvo que vender su auto para tener un nuevo ingreso. En la actualidad, desea tener una reunión con Juan Román Riquelme, presidente de Boca, para que le conceda un trabajo dentro del club y así revertir su complejo panorama económico.
Tras acordar su salida del Sevilla, el Huevo se realizará la revisión médica y estampará su firma con el club de Núñez hasta diciembre de 2027.