La Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) confirmó que la inflación en Mendoza durante agosto fue del 2%, una cifra que, si bien se mantiene dentro de parámetros moderados, refleja tensiones persistentes en algunos sectores clave del consumo.

El dato local se ubica levemente por encima del índice nacional informado por el INDEC (1,9%), y acumula un 17,6% en lo que va del año. En la comparación interanual, el aumento de precios alcanza el 29,6%, lo que marca una desaceleración respecto de los picos registrados en 2024, pero aún lejos de niveles considerados estables.

Entre los rubros que más aumentaron se destacan transporte y comunicaciones (4,3%), educación (4,1%) y vivienda y servicios básicos (4,0%). Estos sectores, sensibles al bolsillo y con fuerte peso en el gasto mensual, continúan presionando sobre la capacidad de consumo de los hogares mendocinos.

La inflación de agosto fue del 1,9% y acumuló 33,6% en los últimos doce meses

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El índice de precios al consumidor se mantuvo por debajo del 2% por tercer mes consecutivo. Aunque el dato trae alivio, los analistas advierten que la estabilidad podría ser transitoria ante la presión cambiaria y el clima político.

En contraste, alimentos y bebidas -habitualmente el motor de la inflación- subieron apenas 1,5%, mientras que indumentaria registró una caída del 1%, y esparcimiento apenas un 0,5%. Estos datos sugieren una retracción en el consumo de bienes no esenciales, en línea con el comportamiento cauteloso de las familias frente a la incertidumbre económica.

El informe llega en un contexto de tensión cambiaria y ajustes en la política monetaria nacional, donde la baja de tasas y la presión sobre el dólar podrían modificar el escenario en los próximos meses. En Mendoza, el dato de agosto ofrece una tregua, pero también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta tendencia.

La inflación se desacelera, pero el consumo no despega. Y en esa brecha, se juega buena parte del pulso económico provincial.