Es que en las últimas semanas, el mercado financiero argentino ha estado marcado por movimientos significativos en el valor del dólar. Tras la aprobación del DNU, el Banco Central pasó de comprar dólares en enero y febrero a vender en marzo, generando incertidumbre en el mercado. Este cambio ha impactado en el precio de los bonos, el riesgo país y las expectativas económicas.

Uno de los factores clave en la salida de dólares del Banco Central es la anticipación de pagos por parte de importadores y la cancelación de deudas en dólares por parte de exportadores. Además, la inflación de febrero, que alcanzó un 2,4%, influyó en la búsqueda de cobertura financiera, especialmente en el contexto de tasas de interés en aumento.

Actualmente, el precio del dólar, tanto en su versión MEP, contado con liquidación y blue, se encuentra dentro de rangos de fluctuación esperados, aunque la falta de pesos en la economía genera cautela. Sin embargo, la entrada de divisas provenientes de la cosecha y el sector energético podrían aliviar la presión cambiaria.

La inminente liquidación del agro, incentivada por la reducción de retenciones hasta junio, sumada a una cosecha mejor de lo esperado, podría inyectar entre 10.000 y 20.000 millones de dólares al mercado. En paralelo, el sector Oil & Gas, con inversiones en Vaca Muerta y la participación de empresas como YPF y Pecom, proyecta un superávit cercano a los 10.000 millones de dólares, revirtiendo un déficit de igual magnitud registrado hace dos años.

En el plano internacional, el presidente Javier Milei prepara su viaje a Estados Unidos, con el objetivo de fortalecer la relación bilateral y evitar posibles aranceles en el marco de la política económica de Donald Trump. En este contexto, se espera que Argentina intente diferenciarse de otros países de América Latina para captar inversiones estratégicas.

Además, el gobierno avanza en negociaciones con el FMI, el BID y el Banco Mundial para acceder a un financiamiento de 26.000 millones de dólares, en un esquema que busca corregir los desbalances macroeconómicos sin repetir errores del pasado, como el manejo del déficit fiscal en la gestión de Mauricio Macri.