Los libertarios quieren firmar el dictamen e insisten en un avance rápido. Los sindicatos fuertes de las provincias ya presionan a senadores y gobernadores
El proyecto de reforma laboral ya ingresado al Senado, el bloque de La Libertad Avanza (LLA) quiere que el debate en comisiones empiece el próximo miércoles, aunque sus chances de construir una mayoría para avanzar de forma "exprés" se ven limitadas por el intenso lobby que empezaron a hacer algunos sindicatos entre senadores y gobernadores para frenar la iniciativa del Gobierno.
La presidenta del Senado, Victoria Villarruel, organizó una reunión de Labor Parlamentaria para el martes a las 11:00, con el fin de que los distintos bloques de la Cámara acuerden la integración de las comisiones que deberán trabajar en las sesiones extraordinarias convocadas por el presidente Javier Milei para diciembre, sobre todo la de Trabajo y Previsión Social, por donde pasará el proyecto de "modernización laboral".
Previamente, Villarruel lo conversó con la jefa del bloque LLA, Patricia Bullrich, que asumirá la presidencia de esa comisión y quiere que el debate empiece el miércoles. La idea del oficialismo es hacer reuniones miércoles, jueves y viernes para firmar el dictamen y dejarlo listo para su votación en el recinto antes del 30 de diciembre.
"Si no conseguimos dictamen la semana que viene, vamos a tener que pasar todo para febrero", señaló a iProfesional un senador de La Libertad Avanza que participa activamente del operativo para acelerar el debate.
El plan de acción y las dificultades del oficialismo en el Senado
El apuro es tal que incluso quieren reducir al mínimo posible la cantidad de expositores invitados a la Comisión de Trabajo para dar sus opiniones sobre el proyecto. Según se supo de fuentes parlamentarias, hay "más de 100 invitados pedidos por los distintos bloques" e intentarán reducirlos a apenas 10 o 15.
De todas formas, para eso el oficialismo tendrá que imponerse primero en el armado de la comisión, que está integrada por 17 senadores. Bullrich necesitará asegurarse 9 lugares para los suyos y para legisladores de bloques "amigables" si quiere asegurar las firmas para un dictamen de mayoría favorable a la reforma laboral en el plazo que maneja.
El plan de tratamiento "exprés" de la reforma laboral encuentra otros escollos peores. En primer lugar, tiene un problema de fechas. Si logra firmar dictamen la próxima semana, el debate en el recinto tendría que ser el martes 23 o el 30 de diciembre. Esto haría que se superponga con los proyectos que lleguen de Diputados, entre ellos el Presupuesto 2026.
Fuera LLA, nadie en el Senado ve posible debatir todo junto en la misma sesión. Además, esas fechas están pegadas a Navidad y Año Nuevo y "hoy ya no se consiguen pasajes de avión para esos días, así que va a estar difícil que tengan número", apuntó una fuente parlamentaria, en referencia al viaje de los senadores desde y hacia sus provincias para las fiestas.
El lobby sindical sobre senadores y gobernadores para frenar la reforma laboral
No obstante, el mayor desafío para LLA será vencer el lobby que pusieron en marcha no solo la CGT y la CTA con el interbloque peronista de Unión por la Patria, sino también sindicatos que tienen mucho peso en algunas provincias y que ya intentan convencer a senadores y gobernadores para frenar el proyecto y evitar una aprobación "exprés".
En uno de los despachos del Senado señalaron a este medio que los representantes de las provincias del sur "están presionados por el sindicato de petroleros". Las miradas se posan sobre Natalia Gadano y José María Carambia (Santa Cruz), que ya armaron un bloque independiente del gobernador Claudio Vidal, y sobre la neuquina Julieta Corroza.
Lo mismo hace el sindicato de los trabajadores de la minería con los senadores del norte. En la oposición dicen que la salteña Flavia Royón no apoyaría proyecto de reforma laboral como llegó al Senado por la presión de ese sector. La senadora responde al gobernador Gustavo Sáenz, de buen diálogo con la Rosada, pero tiene un vínculo más fuerte con el sector minero.
Si bien la posición de Bullrich es no gastar tiempo en negociar con el peronismo porque "se va a oponer a todo", en los pasillos del Senado advierten que LLA tampoco tiene asegurado el apoyo de todos los senadores de bloques provinciales debido a esa presión sindical y vaticinan que esto le impedirá juntar los 37 votos para aprobar la reforma laboral antes de fin de año.
Qué quedó finalmente en el proyecto oficial sobre las "cajas sindicales"
La resistencia que expresan los sindicatos desde el arranque tiene como uno de los ejes centrales el rechazo a los cambios en las cuotas sindicales. Si bien el Gobierno dejó trascender que había desistido de meterse con este tema, precisamente para no dificultar el avance de la reforma laboral, no quedó totalmente excluido del texto final.
El artículo 137 del proyecto modifica la Ley de Asociaciones Sindicales y establece que "los empleadores podrán actuar como agentes de retención de los importes que, en concepto de cuotas de afiliación, deban abonar los trabajadores afiliados a asociaciones sindicales (...) siempre que medie conformidad expresa del trabajador y acuerdo entre las partes".
En términos más simples, el proyecto quita la posibilidad de que las empresas sean agentes de retención de otros aportes sindicales, como es la cuota solidaria que se descuenta de forma automática a los no afiliados, según explicó una fuente del Gobierno que participó de la elaboración del proyecto.
Los gremios consideran este punto perjudicial para sus "cajas", que se nutren principalmente esos aportes y en especial de la cuota solidaria que, de acuerdo al proyecto, cuando un trabajador quiera pagarla tendrá que ir al sindicato, ya no habrá un descuento directo.
Tensión en LLA por la pulseada con la CGT y los gremios
En el bloque peronista, que se mantiene en contacto con la CGT, creen que el Gobierno filtró que dejaría de lado el tema sindical únicamente "para dejar mal parados ante la gente a los sindicatos que se opongan al proyecto", según una fuente de la bancada.
Pero además el tema generó ruido dentro del Gobierno. Bullrich y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, querían avanzar contra las "cajas sindicales" mientras que el asesor Santiago Caputo y el ala política consideraban que era mejor apartar ese tema para no ir al choque.
Según supo este medio, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, tampoco estaba de acuerdo con ir al choque contra los gremios por considerar que eso complicaría el debate parlamentario. Una señal de ese malestar fue el "faltazo" del riojano a la reunión que mantuvo el bloque libertario con Sturzenegger el martes pasado.
Ocurre que al margen del poder de movilización o presión que pueda mostrar la CGT, hay varios diputados que vienen del sindicalismo y también senadores que tienen vínculos estrechos con esos sectores en sus provincias, como ya apuntan en la Cámara alta.
Por esa razón, el debate sobre la reforma laboral en el Senado asoma difícil desde el inicio, entre el apuro que expresa La Libertad Avanza para su tratamiento y la resistencia de la CGT en alianza con la bancada peronista, que sigue siendo la primera minoría de la Cámara alta, y ahora además, con el lobby de los sindicatos que son fuertes en las provincias.

El círculo de los funcionarios políticos más cercanos al Presidente comenzará a delinear el avance de las iniciativas oficialistas. El trasfondo del encuentro.