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Gerardo Milman: "Pronto se sabrá quién le puso la pistola en la mano a Sabag Montiel"

El diputado del PRO acusado de participar del atentado contra Cristina Kirchner rompió el silencio en una entrevista donde ratificó su inocencia y aclaró algunas sospechas que despertó el caso.

Sabado, 5 de Abril de 2025
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Gerardo Milman, diputado nacional del PRO, decidió romper el silencio tras muchos meses de estar alejado de los medios por la "fobia" que le generó que lo acusaran de participar en el intento de atentado contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. "Yo salí­a a la calle y para algunos era un héroe, para otros era un asesino", contó.

Milman explicó que las acusaciones "ridí­culas" en su contra le provocaron "consecuencias fí­sicas y emocionales" y afirmó: "Me inventaron esta causa y me comí­ la curva a 1200 kilómetros por hora". Sin embargo, el legislador aseguró que "confí­a en la Justicia" y auguró que "pronto va a salir a la luz quién le puso la pistola en la mano a Sabag Montiel".

Además, dio su versión sobre algunos de los hechos que generaron suspicacias, como la "ayuda" para borrar el contenido de su teléfono que le prestó a Ivana Bohdziewicz, una de sus asesoras que lo acompañaba cuando le atribuyeron la frase "cuando la maten voy a estar camino a la costa"; o la desaparición de su propio celular, el cual "perdió en una mudanza". "Mi teléfono no lo requerí­a la justicia, por lo tanto si yo querí­a lo tiraba al Riachuelo Yo hago lo que quiero con mi propiedad privada", sentenció.

Por último, para meterse en la coyuntura, no le cerró las puertas a su carrera legislativa y evaluó que no habrá una "alianza electoral" entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. "Sí­ creo que va a haber muchos dirigentes del PRO en una lista compartida", anticipó el bonaerense. Una lista "de color violeta".

-Después de haber sido acusado de participar en el atentado contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tomó la decisión de no hacer grandes apariciones públicas y de mantenerse alejado de los medios. ¿Cómo vivió ese proceso y por qué el regreso ahora?
-Me afectó mucho. El único juicio que tuve en mi vida fue un divorcio consensuado con mi primer mujer y de repente me llenaron de papeles judiciales. Me inventaron esta causa y me comí­ la curva a 1200 kilómetros por hora. Yo salí­a a la calle y para algunos era un héroe, para otros era un asesino. Me generó una fobia y decidí­ bajar el perfil hasta que me sintiera en condiciones emocionales de poder afrontarlo. Esto me trajo consecuencias fí­sicas: el 28 de diciembre tuve una operación de un tumor maligno de riñón y entendí­ que la vida me dio una nueva oportunidad. A los tres dí­as hice un nuevo click, dejé de tenerle fobia a la calle, al que me diga "asesino" lo saludo, y confí­o en la Justicia, que es lenta pero ciega. Además, he hecho algo que nadie hace, que es leer el expediente judicial. No la quiero spoilear a la jueza, pero ella esta semana ha retomado la conducción de la causa, así­ que creo que vamos a tener novedades importantes en los próximos dí­as. Son muchas miles de fojas que me dediqué a leer para poder entender, en definitiva, quiénes son los responsables reales de, entre comillas, el atentado de Cristina Fernández de Kirchner.

-No se refiere solo a las acusaciones en tu contra, sino a revelaciones sobre el atentado en general.
-Las acusaciones son ridí­culas. A mí­ me acusan de haber dicho en el bar Casablanca la frase "cuando la maten, voy a estar camino a la costa", con dos secretarias mí­as. Punto uno, ¿cuando la maten a quién? ¿A una perra que se fracturó una pierna? Es una frase vací­a. No la dije, pero si la hubiese dicho no quiere decir nada. Segundo, si yo soy el autor intelectual de un delito no voy a un lugar público a contarlo y que me escuchen. Tercero, si soy el autor intelectual, ¿qué tiene que ver si estoy en la costa, en Parí­s, en Tokio, en Nueva York o en la Ciudad Buenos Aires? Sigo siendo el autor intelectual, no me excusa. La jueza me geoposicionó el teléfono y yo ese dí­a a las 21.15 estaba en la Ciudad de Buenos Aires viendo la televisión a pocas cuadras de donde ocurrió en La Recoleta. 

-Entiendo que la acusación tiene que ver con si estaba al tanto o no de que iba a ocurrir el atentado antes de que sucediera.
-Antes de que suceda, el ministro de Seguridad de la Nación que tiene a su cargo la custodia de la señora presidenta toma una definición que es duplicarle la custodia y sale en el diario. No era ninguna información privilegiada. Yo era miembro de la Comisión de Seguridad en la Bicameral de Inteligencia, son temas a los que me dedico, entonces hice un pedido de informes, un documento público, preguntándole al Poder Ejecutivo cuál era el motivo o la hipótesis, si estaba amenazada, preocupado por la vida de la vicepresidenta de la Nación, imaginando en los fundamentos cuáles podrí­an ser esas amenazas, inclusive un atentado o un auto atentado. Inteligencia prevé que algo puede pasar. A los pocos dí­as pasó esto, entonces como yo hice ese pedido de informe, me  dicen "vos sabí­as". Si yo sé, no hago un documento público, es como espiar y tocar timbre.

-¿Qué opina de la frase que le atribuyen?
-Cuando lo citan a declarar al testigo, que no es un testigo espontáneo, es un empleado de un diputado de La Cámpora, dice que escuchó esta frase 17 dí­as después. El testigo que está sentado al lado en la misma mesa, que es el cuñado, lo citan a declarar y dijo que no lo escuchó. En la mesa de al lado, otro diputado del Frente de Todos, dijo que tampoco lo escuchó. Las dos personas que estaban conmigo tampoco. Le hago una denuncia a este testigo por falso testimonio. Un año después, el juzgado en el que recae la causa le hace un allanamiento y le saca el teléfono, lo revisa y el mensaje que supuestamente le habí­a mandado al diputado no estaba. ¿Que dice la jueza de la causa? No están corroborados los dichos de este señor.

-Otras preguntas que surgieron alrededor de este caso tuvieron que ver con las asesoras que lo acompañaban en el café Casablanca, Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco. La primera dijo que la habí­an llevado a unas oficinas supuestamente vinculadas a Patricia Bullrich, donde se le habrí­a borrado el contenido de su teléfono antes de que fuera llamada a entregar ese dispositivo. Luego agregó que su compañera tení­a una lí­nea aparte distinta a la que entregó. ¿Todo esto fue así­?
-Parecido, pero no. La voluntad de borrar el teléfono fue de este apellido complicado, Ivana. Ella tení­a información personal, fotos í­ntimas que tení­a con su novio, y como todo lo que tení­amos salí­a en algunos medios de comunicación tení­a ese temor. A mí­ me pasó que me sacaron una foto adentro de mi casa, o una foto tirado en la playa. Me seguí­an. Me mandaron a la IGJ, a la UIF y a la AFIP el mismo dí­a y éramos monotributistas. Entonces yo le conseguí­ una persona que le ayudara. Mi teléfono no lo requerí­a la justicia, por lo tanto si yo querí­a lo tiraba desde un noveno piso o al Riachuelo, o lo cambio. Yo hago lo que quiero con mi propiedad privada. No tengo nada y nadie me lo requiere.

-¿No cree que esto puede generar suspicacias cuando esto sucede durante una investigación como esta?
-Por supuesto, fue un error, pero yo en mi teléfono tení­a a mis hijas menores. En la escuela de mi hija tiran papeles hasta el dí­a de hoy que dicen "Milman asesino" debajo de la puerta. Está la denuncia presentada y no avanza a pesar de que yo sé quiénes fueron, pero eso lo tiene que demostrar el juez. ¿Amedrentar una nena de 12 años? Eso hicieron.

-Eso es sumamente condenable, pero si cada persona borra sus teléfonos cuando es citada a declarar en una causa por este temor...
-Si no te citan a declarar ni te piden el teléfono, vos hacés lo que querés. Una vez que la Justicia determina pedir el teléfono yo no lo toco más. Mientras no...Si vos salí­s a la calle, te roban el teléfono y mañana dicen que estás involucrado en una causa, ¿es sospechoso que te robaron hace 15 dí­as?

-¿Su asesora borró su teléfono antes de que la llamaran a declarar?
-Ella ya habí­a declarado. Cuando nosotros terminamos una sesión, las llaman los padres diciendo que la Policí­a de Seguridad Aeroportuaria les habí­a dejado una citación por la causa del atentado a Cristina. Digo "¿qué tienen que ver ustedes con eso? Las agarré de los pelos, las subí­ en el auto y las llevé a declarar a Comodoro Py. "¿Qué decimos?" La verdad. Y fueron dos personas jóvenes que no están acostumbradas a ser hábiles declarantes. Le preguntaron: "¿Usted estuvo hace cuatro meses en Casa Blanca?". Es como que yo te pregunte qué comiste el 2 de enero del año pasado. No sabés. Después yo te muestro un video del 2 de enero comiéndote una hamburguesa. ¿Mentiste? No, no te acordabas. 

-¿Y el motivo por el que Carolina Gómez Mónaco entrega otro teléfono?
-Tení­a dos, le piden su teléfono habitual y tení­a otro, porque tení­a un comercio donde lo usaba. Si la Justicia se lo pedí­a, se lo daba, y si no seguí­a laburando con el teléfono. Cuando después la Justicia la llama, ella lo entregó. A mí­ no me habí­an pedido el teléfono. Yo me presento espontáneamente en la Justicia con mi abogado y digo que quiero ser parte. La jueza me negó y me dijo que no tení­a nada que ver. Entonces la querella pide mi teléfono, la jueza se lo niega, la querella apela a la Cámara y esta por 2 a 1 dice que sí­. Al dí­a siguiente fui y le entregué mi teléfono.

-Era un teléfono que salió a la venta luego del intento de atentado.
-Yo tengo teléfono desde la década del "90. Si vos me pedí­s un teléfono que usaba en los "90 no tengo ni idea de dónde está. Yo cambio el teléfono cada dos o tres años. Habí­a cambiado el teléfono. En este caso yo me mudé en octubre y me piden el teléfono en noviembre. En la mudanza perdí­ una escritura, que lo puedo demostrar porque tuve que hacer un segundo testimonio, el teléfono y otras cosas menores. Si lo perdí­ en la mudanza, si alguien entró a mi domicilio y se llevó algo, difí­cil de saber.

-Como para cerrar este tema, Brenda Uliarte en una de sus múltiples declaraciones lo señaló por presuntamente financiar gupos de manifestantes para generar disturbios alrededor de la casa de Cristina Kirchner.
-Ella dice que escuchó que "Milman financiaba sus actividades". No dice que yo hablé con ella. "Yo escuché", otra vez como el de Casablanca. Yo no la conozco a Brenda Uliarte. Cuando ella hace esa declaración cambia de abogado y le ponen al señor Telleldí­n, un abogado costoso. Uliarte es una sin recursos. Casualmente, en el mismo momento, Telleldí­n tiene un juicio contra el Estado argentino por detención ilegal porque estuvo diez años preso por el atentado a la AMIA, y está esperando que el Ministerio de Justicia le pague. En ese momento se hablaba de que a cambio de un favor que podí­a haber, se podí­a liberar el pago. Finalmente cambió el gobierno, el pago no se liberó y el doctor Telleldí­n renunció a la defensa de Brenda Uliarte.

-¿El favor serí­a de alguien de la gestión anterior?
-No lo sé, entramos en las hipótesis. Casualidades les dicen.

-¿Nos puede sintetizar cuál es el estado de la investigación?
-Necesitarí­amos varios programas para que yo te pueda contar, pero la Justicia va avanzando rápidamente en poco tiempo y pronto va a salir a la luz quién le puso la pistola en la mano a Sabag Montiel.

-¿Usted antes poní­a en duda que fue un atentado real?
-Eso lo va a resolver la Justicia. Yo estoy a su disposición para colaborar con todo. No le puedo dar el teléfono anterior porque desapareció, pero yo fui solo a la Justicia. Hay un testigo que dice que "escuchó", pero nadie se animó a hacerme una denuncia. No existe. Yo me autodenuncié, porque si me van a investigar quiero leer lo que dicen de mí­. Entonces me leí­ las 60 mil fojas que tiene el expediente y sé lo que la Justicia va a fallar, no porque sea adivino, sino porque está en el expediente judicial.

-Además de las consecuencias emocionales y fí­sicas que menciona, ¿hubo gente cercana, de la polí­tica o por fuera, que se alejó de usted a partir de que se lo involucró en esta causa?
-No, para nada. Sí­ lo que ocurrió fue que cuando yo iba a cualquier evento polí­tico y estábamos en el medio de la campaña electoral presidencial, las cámaras y los medios vení­an a reportearme a mí­. Entonces los candidatos, las personas que se proponí­an para las elecciones, quedaban a un costado. La conferencia de prensa era conmigo. Entonces tuve que tomar distancia para que mis amigos pudieran tener una campaña razonable y no que la información fuera sobre mí­.

-¿Cómo quedó su relación con Patricia Bullrich?
-Impecable, vengo de verla.

-Lo llevó a su carrera polí­tica personal. Este año tiene que renovar su banca, ¿tiene intenciones de competir?
-Hablar de mi destino personal, el 17 de agosto cuando se cierran las listas. A los que están abajo caminando, que tienen problemas para llegar a fin de mes, si yo soy candidato quinto, sexto o noveno que le importa nada. Importa que yo hoy como diputado haga mi trabajo y haga propuestas. Algunas salen, algunas no.

-Pero no le cierra las puertas a su carrera legislativa.
-No, yo hago polí­tica. Soy lo que dirí­an "la casta" en definitiva, porque me he dedicado toda la vida a esto. Además me dediqué a estudiar Economí­a en la Universidad Buenos Aires, Comercio Exterior en la Universidad de Quilmes, Derecho en la Universidad Lomas de Zamora, soy licenciado en Seguridad. Me he dedicado a estudiar, hacer polí­tica y algunas veces a la actividad privada. Es mi vocación y estaré donde la ciudadaní­a y el espacio polí­tico me necesite, y si no, haré mi actividad privada como he hecho en otras ocasiones.

-Para cerrar, usted siempre compitió por la provincia de Buenos Aires. Le querí­a pedir una opinión sobre cómo ve la posibilidad de una alianza entre el PRO y La Libertad Avanza en el distrito.
-La palabra alianza tiene un significado que en términos jurí­dicos y electorales implica otra. Una alianza electoral significa un acuerdo entre partidos. Yo no creo que eso vaya a pasar. Sí­ creo que va a haber muchos dirigentes del PRO en una lista compartida con muchos dirigentes de la Libertad Avanza en las elecciones de octubre.

-¿Esa lista qué nombre va a llevar?
-Falta mucho tiempo, pero yo imagino que va a ser de color violeta.

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