Una familia mendocina de cuatro integrantes necesitó $1.008.470,45 para no caer por debajo de la línea de pobreza durante mayo, de acuerdo con el informe mensual publicado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de Mendoza. Para no ser considerada indigente, esa misma familia debió reunir $415.008,41.

Las cifras corresponden a los valores de la Canasta Básica Total (CBT) -que mide los bienes y servicios esenciales para no ser pobre- y de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) -que mide el umbral de indigencia-. Ambos indicadores registraron variaciones mensuales muy leves, con un 0,5% de aumento en la CBT y 0,2% en la CBA entre abril y mayo.

En términos interanuales, la CBT aumentó un 32,9%, mientras que la CBA lo hizo un 34%. Ambos valores se ubicaron por debajo de la inflación acumulada y también del promedio general de precios en la provincia.

En mayo, la inflación en Mendoza fue del 1,7%, impulsada principalmente por subas en Indumentaria, Educación y Atención Médica, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado también por la DEIE. Los alimentos, en tanto, mostraron uno de los incrementos mensuales más bajos, aunque acumulan un 15% en lo que va del año y una variación interanual del 42%, superando ampliamente al promedio de las canastas.

A pesar de la desaceleración de los precios en mayo, el dato de que una familia tipo ya necesita más de un millón de pesos por mes para no ser pobre evidencia la persistencia de un umbral económico alto para gran parte de la población, en un contexto donde los ingresos muchas veces no acompañan la evolución de los precios.

Desde organismos provinciales y nacionales reconocen que la desaceleración de la inflación no se traduce automáticamente en una mejora del poder adquisitivo, y que amplios sectores aún se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social.