Mendoza  La columna de Antonio Ginart

Inseguridad en Chile: la crisis que pone en riesgo su atractivo turístico

Chile, un país que siempre fue ejemplo de orden y seguridad, hoy es escenario de un problema de inseguridad que afecta a chilenos y extranjeros por igual.

Martes, 29 de Octubre de 2024

Chile, un país que siempre fue ejemplo de orden y seguridad, hoy es escenario de un problema de inseguridad que afecta a chilenos y extranjeros por igual. Y no estamos hablando de una sensación, ni de esas percepciones que, según algunos, se inflan por las redes o los medios.

Esto es una realidad. De hecho, la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) 2023 nos da un dato alarmante: ¡el 90.6% de los chilenos percibe la inseguridad como una amenaza diaria! Nunca antes se había registrado un nivel tan alto de preocupación en la gente, y no es casualidad. La inseguridad en Chile está alcanzando un nivel crítico.

Basta con ver lo que pasó recientemente: un camionero argentino secuestrado en plena ruta y un turista baleado en un intento de robo. Escenarios que antes parecían sacados de historias ajenas, hoy son parte del día a día para los vecinos y también para quienes cruzan la cordillera en busca de un viaje tranquilo. Y ya no es sólo en las grandes ciudades. Esta ola de inseguridad parece haberse extendido, afectando rutas y zonas turísticas, donde uno antes se relajaba e iba a disfrutar.

El problema de fondo no es nuevo: durante años, Chile fue sumando situaciones de conflicto interno, violencia en ciertas zonas, y fenómenos como el narcotráfico, que no se atacaron a tiempo. Hoy se ven los resultados de esa falta de reacción y prevención. Si bien Chile sigue siendo un país maravilloso para visitar y trabajar, lo cierto es que quienes se aventuran a cruzar la frontera ya no se sienten tan seguros y dudan de veranear allí el próximo verano.

Lo preocupante es que el gobierno y las autoridades están quedando cortos para frenar esta situación. Es momento de que tomen cartas en el asunto de una vez, porque no sólo está en juego la seguridad de los chilenos, sino también la imagen y la economía del país, que depende en buena medida del turismo y del intercambio con sus vecinos.

La verdad es que en Chile se dejó crecer un problema grave. Con el narcotráfico y la violencia en aumento, las autoridades no han sabido reaccionar, o peor aún, han sido indiferentes, mirando hacia otro lado mientras el crimen ganaba terreno. Y ahora, esos errores y esa falta de acción los pagan los chilenos y los visitantes. La inacción de las autoridades, sumada a una política de seguridad cada vez más débil, ha convertido a Chile en un lugar donde el miedo ya no respeta fronteras. Al parecer los episodios violentos seguirán siendo parte de esta nueva y triste normalidad.