La crisis política y social en Bolivia sumó este jueves un nuevo capítulo con la irrupción pública del vicepresidente Edman Lara, quien respaldó las protestas contra el retiro de la subvención a los combustibles y lanzó una dura descalificación contra el presidente Rodrigo Paz. "Los tiranos van a caer", advirtió Lara en un mensaje difundido en TikTok, donde pidió a los sectores movilizados -en especial a la Central Obrera Boliviana (COB)- "que no se rindan" y que mantengan "la moral y la guardia". 

En el mismo tono, el vicepresidente calificó al decreto como "del hambre, del desempleo y de la desesperanza" y acusó al Ejecutivo de haberse "puesto del lado de los ricos". En los últimos días, Lara también se definió en "oposición constructiva" dentro del Gobierno y profundizó su distanciamiento con Paz con insultos y denuncias contra ministros y legisladores, sin presentar pruebas, lo que derivó en advertencias de posibles acciones judiciales desde el Parlamento. 

El trasfondo del conflicto es el Decreto Supremo 5503, que eliminó una subvención a los combustibles vigente por más de dos décadas. La medida implicó fuertes incrementos: el diésel pasó de 3,72 a 9,80 bolivianos por litro y la gasolina premium de 3,74 a 6,96 bolivianos, según informó Reuters. 

En paralelo, el Gobierno sostiene que el esquema previo le costaba al Estado unos US$10 millones diarios y argumenta que también alimentaba el contrabando, mientras busca ordenar las cuentas en un contexto de escasez de dólares y tensión económica. 

Las protestas, encabezadas por la COB y sectores mineros, incluyeron marchas y medidas de fuerza en La Paz y otras ciudades. Parte de los gremios, como transportistas, evitó sostener el paro tras concesiones, mientras la central obrera condiciona cualquier diálogo a la anulación del decreto. 

El Ejecutivo, por su parte, anunció un aumento del 20% del salario mínimo y otras medidas sociales para amortiguar el impacto del ajuste, aunque el escenario sigue abierto.