Tras intensificar el despliegue naval en el Caribe, Estados Unidos apunta a la "flota oscura" que utiliza Venezuela para sortear las sanciones. La incautación del superpetrolero es vista como un duro golpe a los recursos vitales del chavismo, aunque analistas dudan de su impacto real a largo plazo para desplazar a Maduro.
El Gobierno de Donald Trump ha subido la apuesta contra el régimen de Nicolás Maduro. Tras un intenso despliegue de su flota naval en el Caribe y operaciones contra el narcotráfico, la nueva estrategia apunta a debilitar el corazón financiero del chavismo: el petróleo. La incautación del buque petrolero frente a las costas de Venezuela, anunciada el miércoles, significó un golpe directo a la "gallina de los huevos de oro" de la economía madurista, y desde Caracas temen que no será el último.
La "flota oscura" es el nombre que recibe el entramado de buques fantasmas que utiliza el madurismo para sortear las vigentes sanciones de Trump, desviando las exportaciones de crudo hacia destinos como Rusia, China o Irán. Un economista venezolano, que prefirió el anonimato, explicó que el golpe afecta directamente a esta flota clandestina, cuyos recursos se utilizan, entre otras cosas, para "pagar lealtades militares" y sostener la corrupción.
Según fuentes militares citadas por CBS News, el buque incautado, identificado como "The Skipper", había sido sancionado en 2022 por el Departamento del Tesoro. Estaría involucrado en una red de contrabando de crudo destinada a financiar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní y al movimiento chiíta libanés Hezbolláh. Trascendió que la embarcación navegaba bajo una falsa bandera de Guyana para evadir la detección.
El valor de la carga incautada es significativo: el buque transportaba 1,8 millones de barriles de crudo pesado. Con el precio del barril a unos 61 dólares, el valor total de la carga asciende a poco menos de U$S 100 millones.
El chavismo depende del petróleo, ya que Venezuela posee las reservas de crudo más grandes del planeta. A pesar de que la industria está marcada por la corrupción, los petrodólares siguen siendo vitales para la supervivencia del gobierno.
El país exportó más de 900.000 barriles de petróleo por día el mes pasado, aunque esa cifra está muy lejos de los 3.000.000 de barriles diarios que se exportaban a principios de siglo. Se estima que las exportaciones petroleras de este año generarán ingresos de entre 15.000 y 17.000 millones de dólares.
No obstante, la estrategia de sanciones genera un costo financiero adicional para Venezuela. Jesús "Chuo" Torrealba, dirigente opositor, explicó que los importadores de crudo venezolano exigen un fuerte descuento, o "rebajas", debido al temor a las sanciones y el aumento de las primas de seguros. Estas rebajas oscilan entre los 10 y 15 dólares por barril, lo que se traduce en pérdidas anuales estimadas en unos U$S 1500 millones.
Paradójicamente, la Casa Blanca mantiene una excepción a las sanciones: la licencia de la petrolera Chevron, renovada por Joe Biden en 2022 y extendida por Trump en julio de este año, que le permite a la empresa estadounidense exportar crudo venezolano para proteger sus intereses de más de 100 años en el país caribeño.
El activista Jesús "Chuo" Torrealba advierte que esta escalada de Trump puede ser contraproducente. La incautación de buques petroleros, que inicialmente se presentaba como una operación antinarcóticos, da "pie a la narrativa del supuesto bloqueo" que Maduro ha copiado del discurso cubano, un argumento que el chavismo utiliza para justificar la crisis interna.
El golpe al petróleo no es el único frente abierto. A inicios de mes, el chavismo denunció que un tribunal de Estados Unidos autorizó la venta de su petrolera en ese país, Citgo, en un proceso de remate para satisfacer a los acreedores que reclaman unos U$S 20.000 millones por deudas y expropiaciones.