Naim Qassem pidió a otros países unirse para resistir la "agresión conjunta".
En medio de una creciente tensión en Medio Oriente, el líder de Hezbolá, Naim Qassem, reiteró este jueves el respaldo total del grupo libanés al régimen iraní y advirtió que actuarán "como lo consideren adecuado" ante lo que definió como una "agresión conjunta estadounidense-israelí".
A través de un comunicado oficial, Hezbolá manifestó su condena a los recientes ataques contra Irán y denunció que los esfuerzos occidentales por frenar el programa nuclear iraní responden a intereses geopolíticos y no a cuestiones de seguridad.
"Irán es un faro para los oprimidos, y su programa nuclear pacífico es legítimo conforme al derecho internacional", afirmó Qassem, en una declaración que también acusó a Estados Unidos de intervenir para sostener su hegemonía en la región.
"El desquiciado Trump perderá todos los billones de dólares que sueña con arrebatar a esta región", dijo el líder de Ketaib Hezbolá, la poderosa milicia chiíta respaldada por Irán y que actúa en su país vecino.
El pronunciamiento de Hezbolá se produjo horas después de que Israel lanzara un ataque a gran escala contra instalaciones militares iraníes, con el objetivo de dañar la producción de misiles balísticos y otras capacidades estratégicas. Según medios internacionales, Estados Unidos podría sumarse a la ofensiva en los próximos días, lo que elevaría considerablemente el riesgo de una escalada bélica en Medio Oriente.
Qassem, considerado uno de los líderes más influyentes del eje chiita liderado por Irán, pidió a otros países sumarse a la resistencia contra "la hegemonía occidental" y condenó las amenazas dirigidas contra el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei.
Desde el inicio del conflicto en Gaza, Hezbolá ha intensificado sus acciones en la frontera sur del Líbano contra posiciones israelíes, aumentando el riesgo de una guerra regional. El grupo ha manifestado en reiteradas ocasiones su voluntad de actuar en coordinación con Teherán en caso de un ataque directo a Irán.
Desde la Casa Blanca confirmaron que el presidente "se tomará dos semanas" antes de anunciar una definición. Irán lo calificó de "mentiroso y cobarde".
La comunidad internacional observa con preocupación la escalada de violencia, mientras organizaciones humanitarias advierten sobre las consecuencias catastróficas de un conflicto regional a gran escala.