El problema que enfrenta el Gobierno está vinculado con las dificultades para acumular reservas, uno de los requisitos del FMI para habilitar desembolsos
"He estado lidiando con Argentina como muchos de ustedes en esta sala durante varias décadas. Pensé que el gobierno de Macri tenía una oportunidad increíble, y era un gran admirador de Mauricio, pero pestañeó. Y tan pronto como pestañeó, el mercado vino y lo atrapó. Mi sensación es que Milei no va a pestañear".
La frase la pronunció el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, hace un mes y medio. Hacía pocos días que había visitado la Argentina, donde el gobierno de Javier Milei lo recibió con alfombra roja.
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Bessent se animó a algo más. Dijo que tenía la sensación de que "el pueblo argentino está muy entusiasmado, cansado de ser pobre". Está convencido de que el camino es el marcado por el gobierno libertario.
Las palabras del influyente funcionario norteamericano sonaron obviamente a música en los oídos de Javier Milei, quien está fascinado con Donald Trump, el mandatario estadounidense que aparentemente siente el mismo encantamiento con el argentino.
Antes de venir a Buenos Aires hace menos de dos meses, Bessent se había reunido con el ministro de Economía, Luis Caputo, en Nueva York. El funcionario argentino decidió en aquel momento despegarse de la comitiva de Milei para encontrarse con el estadounidense.
Esa reunión rindió frutos. Tiempo después, Caputo recibió una llamada en medio de las tensiones con el dólar en la Argentina. "¿Si hace falta voy?, le dijo su interlocutor". Era Bessent, que en medio de la guerra comercial desatada por Trump y sus aranceles, se hizo un hueco en la agenda para estar diez horas en Buenos Aires y emitir una declaración elogiosa con Milei a su lado.
Estados Unidos habría ofrecido una línea de crédito a la Argentina
Lo mejor llegaría después, cuando se "filtró" que Estados Unidos estaría dispuesto a ofrecer al gobierno argentino una línea de crédito específica, si un shock global pusiera en peligro la recuperación económica "liderada por el presidente Milei".
Lo haría a través del Fondo de Estabilización Cambiaria, para respaldar al país si ocurriese algo que no fuera culpa suya, siempre y cuando Milei mantenga el rumbo de sus políticas económicas.
El detalle no pasó desapercibido para los banqueros que escuchaba a Bessent en un evento del JP Morgan Chase organizado en Washington, y fueron una señal contundente de hasta dónde llega el apoyo de Trump al mandatario argentino, que tuvo su primer dato concreto con el acuerdo por u$s20.000 millones aprobado por el FMI.
Caputo había convencido a Bessent con su explicación sobre las "tres anclas" que son el eje del programa económico: la fiscal, la monetaria y la cambiaria.
El tribuna rechazó los argumentos del Gobierno, que planteó la incompetencia de la Justicia del trabajo para resolver la causa.
Este escenario se produce mientras el gobierno libertario espera ansioso una fecha para que finalmente se produzca el encuentro cara a cara con Trump en la Casa Blanca, donde recientemente han estado la italiana Giorgia Meloni y el ucraniano Volodímir Zelenski.
Por Buenos Aires ya han pasado, además de Bessent, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. y el de Energía, Chris Wright. Patentes medicinales y energía son dos cuestiones que Estados Unidos se toma muy en serio, en especial teniendo en cuenta que en la Argentina está Vaca Muerta, la segunda reserva de gas natural más grande del mundo y la cuarta de petróleo, y que la petrolera PAE acaba de descubrir gas no convencional en Chubut similar al de Vaca Muerta, y prometió invertir de movida u$s250millones.
Estados Unidos es, además, la principal fuente de inversión extranjera directa en el país, con más de 300 empresas estadounidenses en la Argentina, y ni al gobierno ni a las empresas norteamericanas se les escapa el rol decisivo que juegan las elecciones de medio término, en las que Milei necesita conformar un congreso capaz de aprobar las reformas claves que pretende su administración.
Reservas complicadas: ¿el Gobierno argentino estaría dispuesto a pedirle plata a EE.UU.?
El problema que enfrenta el Gobierno argentino está vinculado con las dificultades para acumular reservas, uno de los requisitos que impuso el Fondo Monetario para emitir una chequera inmensa.
Como señal de buena voluntad, el Fondo Monetario aceptó postergar la revisión que debía hacer este mes, y la pasó para julio. Pero no sería bien visto en el directorio del organismo que la Argentina ya tuviese que pedir una dispensa (waiver) en la primera auditoría. Para evitarlo, necesitan mostrar que el Banco Central logró juntar reservas netas por unos u$s4.500 millones.
Por ahora, van perdiendo por puntos. La decisión de no comprar divisas porque el dólar oficial no toca el piso de la banda cambiaria de u$s1.000, terminó siendo un dolor de cabeza. El mundo financiero le presta mucha atención a la acumulación de divisas de un país y lo toma como señal de solidez y estabilidad. En definitiva, lo asimilan a cómo funciona la economía de un hogar, donde tener ahorros sirve para hacerle frente a los momentos de vacas flacas.
Si bien buscan bajarle el precio a esta cuestión clave, Caputo y su equipo están abocados a lo que mejor saben hacer: gestionar apoyo financiero. Tienen un expertise de más de dos décadas haciéndolo en los principales mercados del mundo, en especial su segundo, el chileno José Luis Daza.
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El primer paso fue la colocación del BONTE 2030, por u$s1.000 millones, por los que se debió afrontar una tasa alta para la mirada del mercado: 29,5%. El segundo escalón sería poder cerrar un REPO del Banco Central con entidades internacionales. Se habla de otros u$s2.000 millones. La calculadora hierve: Caputo recuerda que el Tesoro tiene depositados, además, casi u$s3.000 millones en el BCRA gracias al superávit fiscal y la plata que llegó del FMI. Si todo sale bien, serían unos u$s6.000 millones.
En julio hay vencimientos con bonistas y el propio Fondo Monetario por casi u$s5.000 millones. Por ahora alcanza. Y Caputo hasta cuenta también con que habrá desembolsos del FMI, el Banco Mundial y el BID.
Así, el mensaje que envía la Argentina a Wall Street es que "la casa está en orden". Pero los banqueros hacen notar que en un mes se terminan los dólares de la soja. Y que los argentinos mantienen un alto nivel de gastos en el exterior, en buena medida por el turismo, pero también por la compra de productos aprovechando el "puerta a puerta", y hasta los streaming de entretenimiento, un fenómeno de consumo que empiezan a llamar "efecto Netflix".
Y encima se vienen las elecciones y el escenario está convulsionado porque Cristina Kirchner volvió al centro de la escena.
Pero en el Gobierno hay tranquilidad. Están convencidos de que la oposición no podrá desestabilizar la economía antes de las elecciones de octubre. Y por las dudas, recuerdan que, si todo falla, la Argentina siempre podrá contar con el "amigo americano".
Fuente: Iprofesional