Eso ocurrió, según analiza una consultora, porque en los servicios hubo mayores subas que en los alimentos; señalan que la estructura del IPC requiere de una actualización
El gobierno de Javier Milei ha logrado cumplir con una de sus promesas de campaña más esperadas: reducir la inflación. Sin embargo, un reciente informe de la consultora Equilibra revela que, si bien el dato oficial de inflación reporta una reducción generalizada de los precios, el impacto de esta suba varía considerablemente según el sector socioeconómico. En particular, los hogares de menores ingresos han experimentado una inflación más baja que el promedio nacional, debido a las políticas implementadas por la administración.
Desde la asunción de Milei, la política de estabilización económica y el uso del ancla cambiaria han jugado un papel crucial en el comportamiento de la inflación. Según el informe, el plan del gobierno redujo el peso de los alimentos en la canasta de consumo, mientras que aumentaron más los precios de los servicios públicos, especialmente en el contexto de la reducción de subsidios. Este cambio ha tenido un efecto desigual entre los distintos sectores de la población.
El informe de Equilibra señala que la inflación acumulada para los hogares de menores ingresos (el primer quintil) fue del 187% desde la llegada de Milei al poder, mientras que los hogares de mayores ingresos (quinto quintil) vieron una inflación del 196%, una diferencia de 9 puntos porcentuales. Esta disparidad es atribuida a que los hogares más pobres dedican una mayor parte de sus ingresos a la compra de bienes (que han aumentado menos de precio en relación con los servicios) y menos a servicios públicos, que registraron subas más elevadas.
En contraste, durante la presidencia de Alberto Fernández, la inflación en los hogares de menores ingresos fue significativamente mayor que en los de mayores ingresos. Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2023, los hogares del primer quintil experimentaron una inflación del 918%, 38 puntos porcentuales más que el quintil más alto, que registró un 880%. Esto se debió principalmente a que los alimentos y la indumentaria, que afectan más a los hogares de bajos ingresos, vieron aumentos mucho más significativos.
Uno de los resultados más relevantes de este fenómeno ha sido la reducción del índice oficial de pobreza. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la pobreza se redujo al 38,1% en el segundo semestre de 2024, una mejora con respecto al 41,7% registrado en 2023. Esta caída en la pobreza es en parte atribuida a la menor inflación en los sectores de menores ingresos, junto con una recuperación parcial del salario real en algunos sectores.
Una parte importante del análisis de Equilibra se centra en la metodología utilizada por el Indec para medir la inflación. La consultora destaca que la estructura de ponderaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no se ha actualizado, lo que genera distorsiones en la medición de la inflación real. Las ponderaciones actuales no reflejan correctamente la distribución de los gastos en los hogares, por lo que Equilibra construyó su propio IPC con ponderaciones actualizadas, basadas en el gasto promedio de los hogares desde mayo de 2018.
Con la ponderación actual, la inflación acumulada desde que Milei asumió la presidencia es del 186%. Sin embargo, al aplicar las ponderaciones actualizadas, la inflación se eleva al 193%. En el gobierno de Fernández, la diferencia entre el IPC vigente y el actualizado fue aún mayor, con una inflación acumulada del 931% según el IPC vigente frente a un 891% con el IPC actualizado, debido a que los bienes tuvieron una mayor inflación que los servicios.
El informe también analiza cómo la inflación afecta el poder adquisitivo de los trabajadores formales. Según los cálculos de Equilibra, en diciembre de 2024, el salario real en el sector privado aumentó un 1,4% en comparación con el primer semestre de 2023. En cambio, el salario real en el sector público cayó un 20,3%. En términos generales, la disminución del salario real fue del 1,6% al comparar los cálculos con el IPC vigente frente al actualizado.
Además, el informe resalta que hay una importante variabilidad geográfica en los efectos de la inflación. En particular, el Gran Buenos Aires (GBA) experimentó una inflación 9 puntos porcentuales superior al promedio nacional, mientras que en la región de la Patagonia, la inflación fue 22 puntos porcentuales más alta que la media del país. Esto refleja las disparidades regionales en la evolución de precios y salarios.