El delantero respetará su contrato con Roma hasta mitad de año, aunque el Xeneize confía en ficharlo cuando quede libre. La gestión inicial fue más un sondeo que una oferta formal.
El llamado de Boca a Paulo Dybala ya tuvo su respuesta: el delantero de 32 años no podrá sumarse al club en enero, ya que pretende cumplir con su contrato vigente en Roma. Sin embargo, la puerta queda abierta para mediados de 2026, cuando quedará en libertad de acción y Juan Román Riquelme podrá ofrecerle un contrato formal.
La información coincide con declaraciones recientes del entorno del jugador. La suegra de Dybala, Catherine Fulop, adelantó que la llegada del campeón del mundo al Xeneize podría concretarse en junio, pero no antes, debido a compromisos personales y familiares. "Si es, es para junio. Ahora no, ahora Oriana va a ser mamá en marzo y yo tengo pasaje para Roma en enero", señaló Fulop, refiriéndose a la esposa del futbolista, Oriana Sabatini.
El contacto inicial con Boca no implicó ninguna oferta formal. Fue un primer acercamiento para manifestar interés, consciente de que negociar la llegada de Dybala no será sencillo. La dirigencia del club de La Ribera mantiene la esperanza de contar con el jugador como refuerzo estrella para los hipotéticos octavos de final de la Copa Libertadores, similar al caso de Leandro Paredes, que llegó a mitad de año en 2025.
Dybala aún tiene seis meses de contrato en Roma y planea cumplirlos. Esta tarde, frente a Juventus, volvió a la titularidad tras varios partidos en los que había quedado relegado por Gian Piero Gasperini. A partir del 1° de enero podrá negociar formalmente su futuro, y Boca confía en convencerlo con la colaboración de Paredes, quien actúa como intermediario en la operación.
El Xeneize deberá esperar, pero la ilusión de ver a Dybala vestido de azul y oro sigue intacta para la próxima temporada.