Según el Ranking de la Inseguridad 2025, elaborado a partir del Barómetro del Observatorio de Seguridad de Verisure, la provincia de Mendoza quedó tercera a nivel nacional, con un aumento del 40% en los hechos de inseguridad durante el último año.

De esta forma, la provincia pasó a ocupar un lugar central en el nuevo mapa del delito en la Argentina.

El crecimiento del delito en la provincia se concentra con fuerza en el Gran Mendoza.

"El aumento interanual del 20% muestra un escenario fragmentado, donde cada provincia presenta riesgos distintos", explicó Carlos Beltrán Rubinos, director de Operaciones de Verisure Argentina. Y agregó que estos datos "permiten entender mejor dónde reforzar la prevención y cómo adaptar las respuestas según cada territorio".

LOS NÚMEROS DE MENDOZA

El crecimiento del 40% en los hechos registrados se explica, sobre todo, por lo que ocurre en los principales centros urbanos del área metropolitana.

La Ciudad de Mendoza, Godoy Cruz y Guaymallén concentran la mayor cantidad de casos. Robos, hurtos y episodios de violencia urbana se repiten en franjas horarias cada vez más amplias, reforzando la sensación de inseguridad cotidiana.

Mendoza aparece como uno de los puntos calientes del país, solo por detrás de Tucumán y Córdoba.

El ranking lo encabeza Tucumán, con un salto del 65%, concentrado en San Miguel, y con una particularidad inquietante: los hechos se dan en días hábiles y de madrugada. Córdoba, en segundo lugar, creció un 50% y muestra una expansión del delito hacia el interior provincial.

En ese escenario, Mendoza se consolida como uno de los grandes polos de preocupación, dejando en claro que el problema ya no se limita a las grandes áreas metropolitanas tradicionales como el AMBA.

La Costa Atlántica también aparece en el radar, con un aumento del 30%, aunque con horarios distintos, más vinculados a la actividad comercial y turística nocturna.

MENOS HOMICIDIOS, MÁS ROBOS

La tasa de homicidios dolosos bajó a 3,8 cada 100 mil habitantes, el nivel más bajo en dos décadas. Sin embargo, los robos y hechos violentos en zonas urbanas siguen en alza, lo que impacta de lleno en la percepción social.

En Mendoza la inseguridad dejó de ser una estadística para convertirse en una preocupación diaria, especialmente en los sectores medios, donde los robos domiciliarios y en la vía pública pesan cada vez más.