El gobernador de Catamarca, fortalecido por su triunfo electoral, se perfila como uno de los aliados más firmes del oficialismo entre los mandatarios peronistas. En el Congreso busca consolidar un bloque moderado junto a los cordobeses de Llaryora, mientras los gobernadores presionan por fondos y obras públicas.
El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, salió del encuentro del jueves con Javier Milei convencido de que podrá apoyar la reforma laboral sin que el peronismo tenga autoridad para cuestionarlo. La reciente victoria electoral en su provincia -donde obtuvo 45,66% de los votos, más de diez puntos por encima de La Libertad Avanza (33,63%)- lo dejó en una posición de fortaleza política que ahora busca capitalizar en el escenario nacional.
Durante los dos primeros años de gestión libertaria, Jalil soportó críticas del kirchnerismo por su acompañamiento a proyectos clave del oficialismo, como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) o los vetos presidenciales a los aumentos para jubilados y universidades en 2024. Sin embargo, tras los comicios, el mandatario catamarqueño se siente reivindicado por las urnas y ratifica su estrategia de cooperación con la Casa Rosada.
En el plano legislativo, Jalil cuenta con cuatro diputados alineados a su espacio: Silvana Ginocchio, Dante López Rodríguez, Fernanda Ávila y Sebastián Nóblega. A partir del 10 de diciembre, ingresarán Fernando Monguillot y Claudia Palladino, en reemplazo de Ginocchio y López Rodríguez, cuyos mandatos concluyen. En Catamarca confían en que el nuevo bloque funcionará con mayor cohesión, tras las diferencias internas que marcaron los últimos meses.
Jalil no está solo en su acercamiento al Gobierno. En Córdoba, el mandatario Martín Llaryora busca conformar junto a otros gobernadores el bloque de "Provincias Unidas", que podría reunir entre 16 y 20 legisladores con una agenda pragmática. "Sabemos que hay reformas laborales y reformas laborales. Tenemos que ponernos de acuerdo", señalaron fuentes del cordobesismo en línea con la idea de respaldar parcialmente la agenda oficial.
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El jefe de Gabinete presentó su dimisión tras varios días de tensión con el Presidente. La salida, que sorprendió al equipo libertario, deja al Ejecutivo sin su principal articulador político y expone las internas entre Karina Milei y Santiago Caputo. Mauricio Macri estaba presente cuando se tomó la decisión.
Pese a haber caído en las elecciones frente al libertario Gonzalo Roca, en el entorno de Llaryora relativizan la derrota y destacan la pérdida de caudal electoral de Milei. "Sacó 74 puntos en el ballotage y ahora 42. En las intermedias de 2017, Macri sacó 56. No hicieron una buena elección", analizó un dirigente del Panal.
El encuentro en Olivos dejó al descubierto tensiones y reclamos entre los gobernadores y el Ejecutivo. El chubutense Ignacio Torres exigió una baja en las retenciones al petróleo, el entrerriano Rogelio Frigerio pidió mayores transferencias por el déficit previsional y el correntino Gustavo Valdés reclamó la reactivación de obras públicas acordadas en 2024 con el entonces jefe de Gabinete Guillermo Francos.
Un gobernador peronista que no participó de la reunión ironizó: "Cada uno fue con su carpetita de reclamos; Milei les pidió que lo banquen, pero no les va a cumplir". Desde otra provincia aliada advirtieron que la prueba de fuego será el presupuesto, donde se verá el grado real de cumplimiento de los acuerdos.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, la oposición logró emplazar a la comisión de Presupuesto para dictaminar la ley el próximo martes, algo que Milei intenta postergar hasta el recambio legislativo. El oficialismo trabaja sobre los gobernadores aliados para impedir el quórum y evitar que el peronismo, el pichettismo y los radicales de Facundo Manes incorporen partidas para universidades, el hospital Garrahan y programas de discapacidad.
"Martín Menem pidió a los aliados que no se sienten en sus bancas para frenar la jugada", admitió un legislador de Democracia Para Siempre. En paralelo, varios gobernadores reconocen que ya saltaron la intermediación política y hablan directamente con el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo. "Por lo menos ahora los expedientes del gobernador y los de Toto tienen el mismo número", ironizó un senador norteño.
La estrategia de Milei busca sostener el equilibrio entre los aliados moderados -como Jalil y Llaryora- y un Congreso en ebullición. Pero la renuncia de Francos, su exmediador político, dejó en evidencia que la gobernabilidad libertaria dependerá más que nunca de alianzas pragmáticas y de un fino manejo de las expectativas provinciales.