El jefe de Gabinete presentó su dimisión tras varios días de tensión con el Presidente. La salida, que sorprendió al equipo libertario, deja al Ejecutivo sin su principal articulador político y expone las internas entre Karina Milei y Santiago Caputo. Mauricio Macri estaba presente cuando se tomó la decisión.
El Gobierno de Javier Milei volvió a enfrentar una crisis interna de alto voltaje político. En la noche del viernes, el hasta entonces jefe de Gabinete, Guillermo Francos, presentó su renuncia indeclinable luego de varios días de fricciones con el Presidente y de dilaciones en torno a su continuidad. La decisión fue comunicada durante una cena en la quinta de Olivos, a la que también asistió el expresidente Mauricio Macri, uno de los pocos que, según fuentes oficiales, estaba al tanto de la inminente salida.
Francos meditó la renuncia durante toda la jornada ante la falta de señales por parte del mandatario. "El jueves ya se lo notó agotado de la situación y no hubo cambios el viernes. Eso terminó de sellar su salida", confió un colaborador cercano al exfuncionario.
La conversación entre Milei y Francos fue breve y sin retorno. En menos de diez minutos, el exjefe de Gabinete le comunicó al Presidente su decisión, sin dejar espacio para que intentara retenerlo. En paralelo, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, mano derecha de Francos, también presentó su dimisión.
La renuncia tomó por sorpresa al gabinete libertario, que venía atravesando una semana plagada de rumores y tensiones internas. "No parecemos un Gobierno que haya ganado las elecciones hace menos de una semana", resumió un funcionario con acceso a la Casa Rosada.
La salida de Francos deja un vacío político sensible dentro del oficialismo. Hasta ahora, era el único funcionario con llegada directa tanto a Karina Milei como a Santiago Caputo, dos figuras clave del denominado "triángulo de hierro" que ordena las decisiones del Gobierno. "Cuando el triángulo trabaja como un equipo se ganan elecciones. Cuando no se hablan o se operan entre sí, aparecen las crisis. Guillermo resolvía ese tipo de problemas", explicó un ministro cercano al despacho presidencial.
Sin ese puente, el equilibrio interno del oficialismo vuelve a ponerse en riesgo. Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y principal estratega política del jefe de Estado, sale fortalecida del episodio. Fue, según fuentes libertarias, quien impulsó el ascenso del vocero presidencial, Manuel Adorni, como nuevo ministro coordinador, un movimiento que buscaba desde mediados de año.
La noticia impactó también en las provincias, donde los gobernadores venían de mantener una reunión con Milei y Francos apenas 24 horas antes. "Ellos tienen que ordenar su interna y decirnos quién es el interlocutor", reclamó un mandatario aliado, sorprendido por la velocidad de los acontecimientos.
Desde el entorno presidencial intentaron llevar calma: "A los gobernadores lo único que les tiene que importar es con quién se sientan y que se cumplan las promesas. No va a haber ruidos con estos cambios", señaló un dirigente cercano a Karina Milei.
La renuncia de Francos, considerada hasta ahora una de las figuras más dialoguistas del Gobierno, reconfigura el mapa de poder dentro del oficialismo y anticipa una nueva etapa de la gestión Milei, más concentrada en su núcleo duro y con menor espacio para los moderados.