En el marco del tercer paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra el gobierno de Javier Milei, la Casa Rosada lanzó duras críticas contra la central sindical, a la que acusó de actuar por "intereses políticos" y de representar "uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete".

El Ejecutivo vinculó la medida de fuerza a "la casta sindical kirchnerista de los Moyano", y cuestionó la legitimidad del reclamo. "Es un paro político que nada tiene que ver con los trabajadores", afirmaron fuentes oficiales, que destacaron que durante la gestión de Alberto Fernández no se registraron huelgas similares.

La fuerte respuesta oficialista al paro de la CGT: "Los sindigarcas que van en Audi"

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El Presidente compartió mensajes en sus redes sociales mientras la central encabeza su tercera medida de fuerza total contra su Gobierno

Desde el Gobierno señalaron además que "mientras el salario promedio en diciembre de 2023 era de 300 dólares, en enero de 2025 alcanzó los 1100 dólares", y destacaron que "se logró bajar la inflación y sacar a 10 millones de argentinos de la pobreza".

En ese contexto, pidieron a quienes sean forzados a adherir a la medida que denuncien los aprietes a través de la línea 134, y criticaron que "la CGT deja sin trenes ni subtes a millones, mientras sus dirigentes se mueven en autos importados y viven en barrios privados".

La Casa Rosada estimó que el paro tiene un costo económico de 880 millones de dólares, y advirtió que los líderes sindicales "están atrincherados en el poder político-sindical" y "reaccionan como animales salvajes acorralados porque ven peligrar sus negocios".