Un estudio destaca cómo las amistades impactan la calidad de vida y el bienestar de los mayores de 65 años, especialmente en contextos de salud física y mental.
La amistad es un vínculo esencial en todas las etapas de la vida, pero en la adultez mayor adquiere un rol aún más significativo. Más allá de ofrecer compañía, las conexiones cercanas pueden impactar directamente en la salud física, mental y emocional. Estudios recientes pusieron de manifiesto que mantener y cultivar amistades no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede ser clave para afrontar los desafíos del envejecimiento y fortalecer el bienestar general.
Una encuesta reciente realizada por la Universidad de Michigan, en colaboración con la Asociación Americana de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés) y el sistema de salud Michigan Medicine, de EE.UU. destacó el papel crucial que desempeñan las amistades en la calidad de vida de los adultos mayores. Según el informe, el 90% de los participantes afirmó tener al menos un amigo cercano, mientras que el 75% aseguró que sus relaciones sociales son suficientes para sentirse apoyados.
El estudio revela que los desafíos para mantener y formar amistades son más significativos entre quienes enfrentan problemas de salud. Por ejemplo, el 47% de los adultos mayores con salud mental deteriorada considera que no tiene suficientes amigos cercanos, en contraste con aquellos que gozan de buena salud.
Además, el 18% de las personas con problemas físicos indicaron no contar con ningún amigo cercano. Este panorama es aún más complejo a medida que envejecemos: el 65% de quienes enfrentan problemas de salud mental y el 55% con condiciones físicas debilitadas reconocen que hacer nuevos amigos es más difícil ahora que en su juventud.
El informe subraya el impacto positivo de las relaciones cercanas en las decisiones y hábitos relacionados con la salud:
El doctor Jeffrey Kullgren, médico estadounidense y director del estudio, destacó la importancia de considerar las redes de apoyo social durante las consultas médicas, particularmente en adultos mayores con problemas de salud graves. Según el especialista, los amigos suelen jugar un papel fundamental en la gestión de citas médicas y en los procesos de recuperación.
Un hallazgo esperanzador es la relevancia de las relaciones entre generaciones. El 46% de los encuestados con amigos cercanos afirmó tener al menos un amigo de una generación diferente, con una diferencia de edad de 15 años o más. Estas conexiones, según los investigadores, pueden ser una herramienta clave para mitigar los efectos del envejecimiento y el aislamiento social.
La encuesta, que incluyó a 3,486 adultos mayores de todo Estados Unidos y una muestra adicional de 1,174 participantes en Michigan, evidencia cómo las amistades no solo enriquecen la salud emocional, sino que también contribuyen directamente al bienestar físico. Conectar con otros, incluso en la madurez, puede ser el motor para una vida más plena, saludable y satisfactoria.
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