La derrota de Milei se explica por su soberbia, la falta de gestión, y la confrontación innecesaria. Para recuperar la iniciativa, debe pedir disculpas y corregir errores.
Voy a tratar de explicar las diez razones de la aplastante derrota electoral y qué debería hacer el Presidente para recuperar la iniciativa.
Estas son las diez razones de la aplastante derrota electoral:
La soberbia y la arrogancia.
La detención de Cristina Kirchner. Porque explica el fuerte incentivo para ir a votar que tuvieron quienes creen en su inocencia.
El estancamiento de la actividad económica.
La falta de empatía con los discapacitados y sus familias.
Los audios de Spagnuolo.
El factor Karina.
Los Menem en el Gobierno.
La falta de gestión en áreas clave.
La pelea simultánea y con muestras de ensañamiento contra los dueños de los medios, los periodistas, los bancos, la UIA, los economistas, la comunidad científica y la comunidad artística.
La falta de un acuerdo parlamentario mínimo indispensable. Lo necesario para evitar la seguidilla de derrotas antes de la elección.
Y que debería hacer el Presidente para recuperar la iniciativa:
Pedir disculpas, y no volver a comportarse con soberbia y arrogancia.
Ignorar a Cristina Kirchner, y advertir del peligro que significaría Kicillof presidente, pero sin necesidad de llamarlo "enano soviético", que con revisar la historia de su gestión como ministro y como gobernador ya sería suficiente.
Resetear en su cabeza de macro economista que algunos aspectos de la microeconomía también importan.
Pedir disculpas sinceras a los discapacitados y sus familias y separar, cuanto antes, la paja del trigo. Esto es: las pensiones por invalidez mal otorgadas del pago actualizado de los servicios a los discapacitados que lo necesitan. Eso es gestión.
Apartar a todos los involucrados en los audios, hasta que la justicia determine su inocencia.
Disminuir la exposición política y la responsabilidad de múltiples funciones de Karina Milei. Es que, el empoderarla tanto, la transformó en su talón de Aquiles.
Separar, por lo menos, a Lule Menem del Gobierno hasta que la justicia determine su inocencia.
Empezar a gestionar, desde ahora mismo, y comunicarlo. Solo dos ejemplos: rutas y autopistas; obras de infraestructura y mantenimiento que no pueden esperar más.
Diferenciar la afectación de intereses de la pelea casi personal. Se puede tener intereses diferentes a los de los medios, los economistas, los periodistas, los bancos, parte del sistema político, los científicos y los artistas. Se puede, incluso, pensar distinto. Pero lo que genera rechazo es el ataque, desproporcionado, a las personas, aunque sea presentado como parte de la batalla cultural.
Empezar a establecer, en el parlamento, acuerdos que no impliquen resignar el equilibrio fiscal, pero que contemplen los intereses de una parte de los ciudadanos a los que sí representa la oposición.

La derrota en la provincia de Buenos Aires no responde únicamente a la estrategia política de su hermana y los Menem; hubo un llamado que interpela el corazón de su proyecto económico.