Analistas Por Eduardo Van Der Kooy

El kirchnerismo enfrenta su primera gran batalla, con algo de la pólvora mojada

Cristina designó a su hijo, Máximo Kirchner, como portavoz principal. La movida difícilmente tenga onda expansiva a la hora de la articulación política en Buenos Aires. El jefe de La Cámpora está enfrentado con Kicillof. Posee muy mala imagen en el distrito electoral más importante.

Miercoles, 18 de Junio de 2025

Javier Milei parece haber resuelto, con astucia, no disputar la centralidad política excluyente que ha ganado Cristina Kirchner desde el aval que la Corte Suprema concedió a lo juzgado en la causa Vialidad. Esa determinación significa para la ex presidenta el cumplimiento de una prisión de 6 años y la inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos.

Aquella prescindencia libertaria se observa en la llamativa prudencia verbal del Presidente, la aparición de Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, como único declarante cuidadoso, y la intensidad notablemente disminuida de las patrullas digitales para opinar sobre el tema que ahora absorbe a la política argentina. La única responsabilidad operativa recae sobre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Encargada de evitar posibles desmadres en la marcha que el kirchnerismo y sus aliados realizarán hoy. Será el intento por replicar aquella primera presentación de Cristina en abril del 2016 cuando debió responder por la causa de la venta de dólar futuro, que terminó caducando. Estuvo acompañada por una multitud de fieles.

Aquella réplica no podrá ser la misma porque los manifestantes que marchen no tendrán quien pueda hablarles. Después de una gestión de Santiago Caputo, el joven asesor de Milei, y Sebastián Amerio, vice ministro de Justicia, el titular del Tribunal Oral Federal 2, Jorge Gorini, notificó de forma virtual a Cristina su arresto domiciliario en el departamento de la calle San José, en la Ciudad.También la utilización de la tobillera electrónica que objetará su principal abogado defensor, Carlos Beraldi. Hay otras normas y dos omisiones: el balcón y la utilización de las redes sociales. Cruciales para el desempeño como conductora política del movimiento que no está dispuesta a resignar en estos meses en los cuales se define la estrategia electoral.

Podría afirmarse que, en ese aspecto, la dama condenada obtuvo un punto entre varios en cuestión. Permanecerá alojada en un lugar neurálgico de la Ciudad que fue motivo de discordia dentro de la propia Justicia y con el gobierno de la Ciudad, a cargo de Jorge Macri.

Horas antes de la comunicación de Gorini los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola habían aconsejado denegar el arresto domiciliario. Fueron los mismos que durante el proceso reclamaron 12 años de prisión para Cristina por considerarla integrante de una asociación ilícita. Figura que también sugirió aplicar el Procurador General, Eduardo Casal. Desestimada por el TOF 2, la Cámara de Casación Penal -en fallo dividido-y los jueces de la Corte Suprema Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.

La colisión por el lugar del arresto de Cristina rebasó los límites del Poder Judicial. La Procuración General porteña difundió un informe en el cual desaconsejó la permanencia de la ex presidenta en el departamento de la Comuna 1 que, entre otros barrios, abarca Constitución, San Telmo y Montserrat. Subrayó la "preocupación institucional" por el impacto que esa medida tendrá sobre la circulación, la seguridad y la prestación de servicios en la zona. "En los últimos días estuvieron afectados 80 agentes de la Policia de la Ciudad en forma permanente y 150 cuando las manifestaciones tuvieron su pico", confió un portavoz de la administración porteña.

Para la coyuntura Cristina designó a su hijo, Máximo Kirchner, como portavoz principal. La movida difícilmente tenga onda expansiva a la hora de la articulación política en Buenos Aires. El jefe de La Cámpora está enfrentado con el gobernador Axel Kicillof. Posee muy mala imagen en el distrito electoral más importante. Puede servir como contrapeso cuando algún dirigente pretenda desoír sus consejos o imaginar a futuro un kirchnerismo sin Cristina. Esa tentación inevitablemente ocurrirá.

El bautismo de Máximo sucedió con un hecho inédito en el largo recorrido de Cristina. Encabezó una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en la sede del PJ. Su madre nunca en ejercicio del poder o en el llano se prestó a una experiencia semejante. Relató como estaría viviendo su madre la situación actual. Victimizó a toda la familia recordando el fallecimiento de Néstor Kirchner en 2010 y el intento de magnicidio contra Cristina en septiembre de 2022.

Responsabilizó a los medios de comunicación por haberse reído de aquel episodio o haberlo caratulado de "autoatentado". Hubiera resultado prudente de su parte -prudencia que no suele tener-ser más específico. Evitar generalizaciones. También responsabilizó al periodismo por los problemas de salud de su hermana, Florencia. No brindó una sola argumentación. Prefirió cerrar con una frase impactante: "Entramos cuatro a Olivos y salimos tres". El mundo sabe que su padre, el ex presidente, falleció por un colapso cardíaco estando en El Calafate.

Esa descripción le sirvió para acreditar una infinidad de episodios de amedrentamiento contra los medios de comunicación ocurridos los últimos días. Desde el vandalismo perpetrado por integrantes de La Cámpora contra TN y Canal 13, hasta pintadas amenazantes en barrios de la Ciudad, panfleteos en bares, un restaurante, un supermercado y la sugerencia de "tomar las armas" propalada por una emisora políticamente alineada con el kirchnerismo. A ese panorama se añadió la amenaza en Santa Fe contra Rosatti, el titular de la Corte. No hubo constancia de otras desmesuras en el interior.

Desde ese lugar, en cambio, se han fletado micros con militantes para la marcha de hoy. Veinticinco vienen desde Santa Fe. Esa respuesta no parecería condecirse con las primeras señales de distanciamiento descubiertas en la estructura peronista. Tres gobernadores que se mostraron solidarios cuando surgió el dictamen de la Corte Suprema parecen haber desensillado. Gerardo Zamora no concurrió a la cumbre del PJ por encontrarse en Estados Unidos. Osvaldo Jaldo, de Tucumán, y Raúl Jalil de Catamarca adujeron problemas de agenda para ausentarse. Gustavo Saénz, de Salta, que supo responder a Sergio Massa, no fue invitado. Se trata de buenas novedades para Milei: son los que han sido colaboradores en el Congreso para sancionar leyes libertarias o bloquear intentos de neutralizar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

La Confederación General del Trabajo (CGT) decidió tomar un camino intermedio. Eludió el compromiso de la CTA del diputado Hugo Yasky, también resistió la presión para declarar una huelga general. Prefirió otorgar libertad de acción a los gremios para que se sumen a la manifestación por Cristina.

El principal actor de toda la movida sería Kicillof. Resultó la figura saliente en la cumbre del PJ por dos razones. Es mandatario de Buenos Aires. También quien ensaya una autonomía interna de Cristina con la creación de la corriente propia "Derecho al Futuro". Habrá que ver como el ex ministro de economía se las arregla para mantener su proyecto independiente de los K y no emerger como un dirigente al que puedan cargarle el sayo de "traidor".

Cristina y los suyos han preparado la primera batalla para enfrentar el fallo de la Corte Suprema que consideran proscriptivo. Los más entusiastas auguran que las peleas contra los "poderes económicos y mediáticos" no cejarán. Aunque en el debut pueda olfatearse ya algo de pólvora mojada.

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