Analistas Editorial

¿A qué juegan?

"La política no puede seguir siendo un torneo de egos" es una de las frases con las que Antonio Ginart analiza en su editorial los armados políticos que se están dando en el oficialismo

Jueves, 16 de Enero de 2025

Argentina está viviendo momentos políticos que, por lo menos, generan desconcierto. Por un lado, el PRO parece estar partido por los egos. Jorge Macri, flamante jefe de gobierno porteño, insiste en diferenciarse de Milei con declaraciones que huelen más a estrategia personal que a una visión de futuro. Pero lo más llamativo es el doble discurso de Mauricio Macri: por un lado, acepta públicamente la invitación de Milei para trabajar juntos en una alianza política que enfrente al kirchnerismo, y por el otro, el PRO emite un comunicado calificando de "autoritario" al gobierno. ¿En qué quedamos? ¿Están con Milei o van a jugar al mismo jueguito de siempre, tirando piedras desde la vereda de enfrente sin ofrecer una alternativa concreta?

La política no puede seguir siendo un torneo de egos. Mientras se pelean por quién tiene la última palabra, el país sigue esperando soluciones reales. El kirchnerismo está desgastado, eso no es novedad, pero si la oposición sigue dividida y desorientada, ¿cómo va a lograr ser una verdadera fuerza de cambio?

Y, como si no fuera suficiente, del otro lado tenemos a Luis Barrionuevo. Sí, el mismo que en los '90 tuvo la brillante idea de decir que había que "dejar de robar por dos años" para que el país mejore. Un personaje que lleva casi medio siglo al frente del sindicato de empleados hoteleros y gastronómicos, y que ahora decide reinventarse formando un frente sindical peronista. En campaña, apoyaba las ideas de Milei; ahora, mágicamente, se perfila como opositor. ¿Es en serio? ¿Cómo alguien que se aferra al poder sindical de manera vitalicia puede hablar de cambio?

La política argentina parece atrapada en un bucle donde las mismas caras, con las mismas mañas, se reciclan una y otra vez. Mientras tanto, el ciudadano común mira esto con desconfianza y cansancio, porque no importa cuánto prometan, los resultados siempre parecen ser los mismos.

Si los partidos no se ordenan, si los sindicatos no evolucionan y si los líderes no dejan sus egos de lado, no hay plan económico ni alianza política que alcance para levantar a la Argentina. Es hora de que todos los sectores, desde la política hasta los sindicatos, entiendan que el país no aguanta más improvisaciones ni luchas internas. Lo que se necesita es unidad, coherencia y, sobre todo, compromiso real con la gente. ¿Será mucho pedir?