Argentina La columna de Antonio Ginart

Un año sin Loan, y "sin respuestas"

Viernes, 13 de Junio de 2025

Se cumple un año. Un año desde que el pequeño Loan Peña desapareció en Corrientes, después de un almuerzo familiar, en la casa de su abuela. Un año desde que la tierra se lo tragó. O mejor dicho: desde que alguien, con nombre y apellido, se lo llevó. Porque no fue casual, no fue un accidente. Fue una desaparición. Fue un crimen. Y todavía no hay justicia.


Loan tenía cinco años. Jugaba con otros nenes. Supuestamente fue a buscar una naranja a unos metros, y nunca más volvió. Desde ese día, empezó la pesadilla. Y también empezó el bochorno judicial: primero, dijeron que se había perdido. Después, que se lo había comido un yacaré. Más tarde, que era trata de personas. Cambiaron carátulas, fiscales, hipótesis y testimonios. Pero lo único que no cambió es lo esencial: Loan sigue sin aparecer.

Hoy hay siete personas presas, entre ellos un comisario, una funcionaria municipal y hasta el exmilitar que estaba en el almuerzo. ¿Casualidad? No. Evidencia de que hay una red, de que hubo encubrimiento, de que hay algo muy podrido detrás de este caso. ¿Quién protege a quién? ¿Hasta dónde llega esta trama? ¿Y por qué nadie habla claro?

Loan no es el único. En Argentina, según datos del Sistema Federal de Búsqueda de Personas (SIFEBU), hay más de 100 niños y adolescentes desaparecidos en los últimos años. Algunos casos conmocionaron al país: Sofía Herrera, desaparecida en 2008 en Tierra del Fuego; Tehuel de la Torre, en 2021; Iara Rueda, en Jujuy. Y otros que apenas se conocen, porque nacieron en la pobreza, en la periferia, en el olvido.

Cada uno de esos nombres tiene una familia destruida. Madres, padres, hermanos que ya no duermen, que viven buscando, que no bajan los brazos aunque el sistema judicial les dé la espalda. Y nosotros tenemos la obligación de seguir gritando por ellos. Porque el silencio es cómplice. Y la impunidad, letal.

¿Quién está detrás de todo esto? ¿Políticos? ¿Redes de trata? ¿Gente poderosa que se cree impune? Alguien mueve los hilos. Y mientras eso no se corte, ningún chico está seguro.

A un año sin Loan, no hay consuelo. Pero sí hay una certeza: no podemos naturalizar esto. Un país que no protege a sus niños, es un país sin futuro. Que la causa no se archive. Que los culpables paguen. Que el nombre de Loan no se borre de nuestra memoria.

Porque la infancia no desaparece sola. Alguien se la lleva. Y alguien tiene que responder.