Argentina Complicó a Luque y Cosachov

Caso Maradona: un médico de la Clínica Olivos reveló presiones para sedarlo y criticó la internación domiciliaria

Fernando Villarejo era el jefe de cuidados intensivos y reveló detalles inéditos sobre la internación del exfutbolista tras la cirugía por el hematoma subdural.

Martes, 29 de Abril de 2025

En una declaración clave ante el tribunal que investiga la muerte de Diego Maradona, el jefe de cuidados intensivos de la Clínica Olivos, Fernando Villarejo, brindó un testimonio que pone bajo la lupa las decisiones médicas adoptadas en las semanas previas al fallecimiento del ídolo futbolístico.

Villarejo describió un entorno "complicado" y sostuvo que se opuso de forma categórica a la internación domiciliaria que finalmente se concretó en una casa en Tigre, sin el equipamiento médico necesario. "No existían las condiciones para tratarlo adecuadamente fuera de un centro especializado", remarcó.

Su testimonio se centró en los días posteriores al 30 de octubre de 2020, cuando Maradona, visiblemente deteriorado, apareció tambaleante durante su cumpleaños número 60 en la cancha de Gimnasia. Esa escena derivó en su traslado a la clínica Ipensa de La Plata, donde le detectaron un hematoma subdural. Aunque en ese momento los médicos no consideraron urgente la cirugía, el neurocirujano Leopoldo Luque presionó para trasladarlo a la Clínica Olivos, argumentando la necesidad de un centro mejor equipado.

La operación finalmente fue realizada por otros profesionales, ya que la familia de Maradona se opuso a que Luque la llevara a cabo. Villarejo relató que tras la intervención, el clima en la clínica se tornó insostenible. "Era complejo examinarlo, había demasiada gente en su habitación", declaró, y detalló que tanto Luque como la psiquiatra Agustina Cosachov solían ingresar "siempre juntos" a ver al paciente.

Villarejo afirmó que ambos le pidieron reiteradamente que mantuviera sedado a Maradona durante varios días, alegando que era "inmanejable". Según su declaración, el pedido respondía tanto a necesidades del posoperatorio como a la intención de controlar su comportamiento compulsivo. "La clínica no era el lugar para tenerlo dormido por tiempo indeterminado", advirtió.

En ese contexto, se decidió colocarle un catéter venoso y sedarlo por 24 horas. También se evaluó una sonda de alimentación, pero los médicos coincidieron en que ese esquema no era sostenible.

Villarejo fue enfático: se opuso al alta médica y a la internación domiciliaria. Recomendó que Maradona fuera derivado a otro centro especializado, pero sus objeciones no fueron escuchadas. "Dejé todo asentado en la historia clínica", afirmó.

El médico también señaló que Maradona presentaba síntomas compatibles con "un cuadro psiquiátrico agudo", y cuestionó el rol de la familia en la toma de decisiones. "Las hijas, por desconocimiento o porque confiaban en Luque, dejaron que hicieran lo que para ellos era necesario", concluyó.

Este testimonio se suma a una serie de declaraciones que el tribunal analiza en un proceso que busca determinar si hubo negligencia médica en la atención de Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años.