Esta cepa de origen francés tiene como principal característica que se adapta fácilmente a diversos tipos de suelo.
El 16 de febrero se celebró el Día Internacional del Syrah. Se trata de una cepa francesa muy noble, que resiste a diversos tipos de suelo y que puede brindar un vino de mucha calidad.
Esta cepa, plantada en la mayoría de las regiones vitivinícolas, es una de las más antiguas del mundo. Si bien se creía que su origen era del antiguo Imperio Persa, luego de comprobó que su origen era Francia y se dio producto de la cruza de otras dos especies de esa zona: la Dureza (tinta) y la Mondeuse Blanche (blanca). .
En Argentina, el último informe del Instituto Nacional Vitivinícola sobre este varietal especificó que se comercializaron durante 2020 unos 241.711 hectolitros. De ese total, el 65% es utilizado en vinos monovarietales, mientras que el resto se usa como corte.
Se trata de una uva tinta, negra casi azulada y su pulpa es blanda. Tiene un racimo cónico y alargado. Tanto que a veces se ve de forma cilíndrica. En el proceso de madurez, la uva tiene un marchitamiento precoz y una tendencia hacia la deshidratación.
Quizás su característica más noble es que se trata de una uva que se adapta a distintos tipos de clima. quellos más calurosos potencia los aromas a frutas del bosque como moras, mientras que los climas más templados le otorgan aromas a hierbas y frutas negras.
La semilla concentra cerca del 75% del total de los taninos de la uva, por lo que su exposición podría brindar vinos muy potentes y aptos para la guarda en madera.
Por último, más allá de su adaptabilidad, es una cepa muy proclive a ser infectada con el decaimiento de la vid, que afecta a la totalidad de la planta y puede provocar la muerte del fruto. La uva también es vulnerable a la botritis.
Nota realizada con información de Guarda14