Si querés preparar unas papas fritas de textura crujiente por fuera y tierna por dentro, en esta nota vas a encontrar varios tips para que queden irresistibles.

El truco se basa en los tiempos y la temperatura del aceite en las que las freímos. Tendremos que hacerlo en dos tiempos y dos temperaturas. Asimismo, otros factores como el tipo de papa, el del aceite o el cuándo añadimos la sal pueden influir en el resultado final.

Entre las variedades que se adaptan mejor a esta elaboración se destacan:

– Papas Monalisa: una variedad con muy elevado porcentaje de almidón y menor contenido de agua. Al freírlas retendrán menos aceite haciéndolas menos aceitosas y más crujientes todavía.

Papas Kennebec: su sabor es más fuerte e intenso y al igual que las anteriores, se caracterizan por un alto contenido de almidón y una menor cantidad de agua.

En definitiva, buscamos las que tengan menor cantidad de agua con objeto que absorban menos aceite y favorecer así un resultado más crujiente todavía.

Se recomienda cortarlas en rodajas de alrededor de 1 centímetro de grosor y unos 5 centímetros de largo. Una vez peladas y cortadas, dejarlas en remojo durante unos 15 minutos. De esta manera, evitamos que tomen un color marrón al oxidarse y eliminamos parte del almidón, lo que favorecerá que no se peguen unas a otras al cocinarlas.

Espolvoreá un poco de sal fina tras su remojo y remové muy bien con las manos para esparcirla bien. Una vez fritas, probá una y añadí a gusto sal, normalmente con añadir una pizca es suficiente.

El tipo de aceite para freír es también cuestión de gusto. Hay quién prefiere el de oliva virgen extra para conseguir un sabor más intenso y hay quién prefiere el de girasol u otros tipos de sabor más suave.

Hay que controlar muy bien el tiempo y la temperatura del aceite. Un termómetro digital de cocina puede resultar útil para este fin. Necesitaremos dos sartenes:

Primera sartén: freiremos las papas una primera vez a 140ºC entre 7 y 8 minutos.

Segunda sartén: doraremos para conseguir un resultado crujiente friéndolas a 190ºC durante 5 minutos más.

Dejalas reposar unos minutos entre sartén y sartén unos diez minutos para que se enfríen y el contraste de temperatura sea mayor.

Gracias al paso por la primera de las sartenes, favorecemos que el interior sea tierno y blando, mientras que con la segunda conseguimos que el efecto crujiente en el exterior.