Lo que tenés que saber sobre esta bebida probiótica
Ideal para sustituir los refrescos, el café u otras bebidas, la kombucha aporta beneficios a la salud si sabés sacarle todo el provecho. Es una bebida probiótica de sabor ácido y refrescante hecha a base de té negro fermentado.
Los ingredientes más comunes para su preparación son el té negro y el azúcar. También se pueden añadir otros naturales como jengibre, té verde o jugos de frutas para darle un sabor más agradable, similar al de un refresco.
Aporta más beneficios para la salud que el té negro o verde por separado.
– Ayuda a las funciones metabólicas del cuerpo, gracias a su contenido en vitaminas del grupo B: mejora la memoria y la salud cardíaca y ayuda a reducir el estrés y la ansiedad .
– Tiene ácidos y enzimas digestivas que ayudan a digerir mejor la comida.
– Tiene probióticos y enzimas que promueven la desintoxicación del cuerpo y, por lo tanto, equilibran la flora intestinal.
– Fortalece el sistema inmunológico. Es rica en antioxidantes que aumentan la inmunidad del cuerpo.
– Es energizante gracias a la teína del té y la vitamina B.
– Alivia la artritis. Tiene altos niveles de glucosamina, sustancia que ayuda a mantener unas articulaciones saludables.
¿Cómo y cuándo se toma?
– Comenzá de a poco, en cantidades limitadas de unos 100 mililitros diarios. Según crezca la tolerancia, podés aumentar la dosis a dos o tres diarias.
– Tomala cuando más te apetezca: en ayunas potencia su efecto desintoxicante. Justo antes o después de las comidas mejora las digestiones gracias a sus probióticos naturales.
– Contiene cafeína: aún teniendo una sexta parte de cafeína que una taza de café, si sos especialmente sensible a este estimulante, evita su consumo a partir de cierta hora de la tarde.
– Contiene una mínima parte de alcohol: como toda bebida fermentada, contiene una algo de alcohol. Apenas una mínima parte, menor que un 1%.
– Perfecta para la resaca: ayuda a la desintoxicacón de hígado.
¿Tiene efectos secundarios?
Realmente es difícil, más allá de un mayor movimiento intestinal y un mayor sentimiento de bienestar general. Eso sí, hay tres grupos de personas a las que no se recomienda su consumo: embarazadas, lactantes o niños. En casos especiales, es mejor consultar a un experto de la salud.
Cómo hacer Kombucha casera
Ingredientes y utensilios:
– 3 litros de agua
– 1 taza de azúcar blanco
– 5 sobres de té negro
– 1 hongo de kombucha
– Olla de acero inoxidable, vidrio o cerámica
– Un recipiente de vidrio hervido con agua caliente
Elaboración:
– Lavá bien tus manos y los utensilios que vayas a usar con agua caliente y vinagre. Poné a calentar el agua en la olla.
– Cuando empiece a hervir, añadí el azúcar y mezclá bien. Retirá el agua del fuego e incorporá los sobres de té. Dejá reposar durante 10-15 minutos.
– Vertí el té en el recipiente de vidrio previamente hervido con agua caliente. Esperá a que se enfríe.
– Incorporá el hongo de kombucha. Tapá el frasco con un paño y una goma.
– Guardalo en un lugar fresco sin mucha luz 8-10 días.
La kombucha tiene un sabor ácido. Para hacerla mucho más sabrosa, se le suele añadir jengibre o frutas que, además de mejorar el sabor, le aportan más beneficios nutricionales. A este proceso se le conoce como segunda fermentación.
Podés añadir las frutas que más te gusten: una vez fermentada la kombucha, licuá la fruta, colala y agregá a una botella junto con la kombucha. Llenala totalmente para que no quede aire. Tapá y deja reposar siete días para que tenga lugar la nueva fermentación que le dará sabor.