Tras la difusión de versiones que advertían sobre la creación de un plan que permitiría investigar a ciudadanos que buscaran "erosionar" la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios, el Poder Ejecutivo aclaró el tema.
El Gobierno desmintió rotundamente las versiones que afirmaban que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) había aprobado un nuevo Plan de Inteligencia Nacional (PIN) que abría la puerta a espionaje interno sobre ciudadanos que buscaran "erosionar" la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios del Gabinete o que generaran "pérdida de confianza" en el plan económico que lleva adelante el Poder Ejecutivo.
A su vez, a través de un comunicado difundido por la Oficina del Presidente, desde la Casa Rosada destacaron que "es el primer gobierno en décadas que ha tomado la decisión política de no utilizar la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios políticos".
En ese sentido, el texto aclara que el presidente Javier Milei ordenó reconstruir el Sistema de Inteligencia Nacional, al señalar que éste había sido "destruido por las anteriores administraciones en su afán de saldar internas políticas de sus recursos".
Respecto a las versiones que circularon en medios sobre el Plan de Inteligencia Nacional, el Gobierno aclaró que se trata de un "documento secreto" cuyo objetivo es establecer "los lineamientos del Sistema de Inteligencia para promover los intereses estratégicos de la Argentina". Aseguraron además que solamente tienen acceso a esta información el Presidente, la Secretaría de Inteligencia y la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia del Congreso.
Este Plan de Inteligencia Nacional (PIN) podría ir contra periodistas, economistas, académicos y cualquier otro que cuestione las medidas del presidente Javier Milei y sus ministros, quienes en las últimas semanas han insistido con la necesidad de "odiar más" a los trabajadores de prensa que no están alineados al Gobierno.
El PIN es un documento secreto de 170 páginas desarrollado por la cúpula de SIDE, bajo el liderazgo de Sergio Neiffert, según consignó la nota deHugo Alconada Mon. Bajo estos nuevos lineamientos, la SIDE puede recabar información de quienes busquen "erosionar" la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios.
También marcó como foco de interés a todos aquellos "actores" que puedan generar una "pérdida de confianza" en las "políticas económicas" del Gobierno. Y apuntó contra quienes puedan "manipular" a la opinión pública durante los procesos electorales o propagar la "desinformación".
Asimismo, el documento habilita a investigar a quienes promuevan la "distorsión" de la "percepción" y afecten los procesos "cognitivos" de la opinión pública, en especial si es a través de la inteligencia a artificial. ¿Esto incluye a los videos fake de Mauricio Macri y Silvia Lospennato que circularon en la previa a las elecciones porteñas y desde el Gobierno calificaron como "un chiste de las redes"?
Por otra parte, el plan también continúa con lineamientos de inteligencia que ya existían previamente, como la prevención del terrorismo y la lucha contra el crimen organizado. O defender los intereses argentinos en el Atlántico Sur y el sector antártico.
A principios de mayo, mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno decidió agregar $ 25.000 millones a la partida de la Secretaría de Inteligencia (SIDE), área clave que controla Santiago Caputo a través de un dirigente propio.
De esa cifra total, casi un tercio, es decir, $ 8.000 millones, se utilizarán en concepto de gastos reservados. Se trata de recursos que el Estado puede ejecutar sin necesidad de control parlamentario, y que ya habían motivado polémica el año pasado cuando se transfirieron más de $ 100.000 millones al programa.
El escenario externo estará marcado por las tensiones entre la Reserva Federal y el gobierno de Donald Trump, en un año electoral con alta sensibilidad en los mercados. En tanto, en el ámbito local siguen las repercusiones por las nuevas medidas del ministerio de Economía.