La implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) en las elecciones legislativas nacionales de octubre marca un cambio histórico en el sistema electoral argentino. Este nuevo formato promete simplificar el acto de votar, nivelar la competencia entre partidos y eliminar el "efecto arrastre" que históricamente favorecía a candidatos de listas completas. Sin embargo, plantea desafíos logísticos, financieros y políticos que redefinirán las dinámicas electorales.

El sistema de boletas partidarias, utilizado durante 40 años de democracia, será reemplazado por una única boleta que incluye a todos los candidatos. Según el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, este formato elimina la ventaja que el "efecto arrastre" otorgaba a ciertos candidatos, especialmente a los del oficialismo. Aunque simplifica la votación, debilita el rol central de los partidos políticos, en línea con una tendencia global de desafección partidaria.

Mario Riorda, analista político, destacó que esta reforma subraya el perfil reformista del gobierno de Javier Milei, aunque no todos los partidos estén preparados para enfrentar sus implicancias.

Impactos en los Partidos y la Política Local

La BUP plantea una mayor personalización de las candidaturas, alejándose de las dinámicas tradicionales de las listas partidarias. Según Sebastián Galmarini, esto podría fomentar la "farandulización" de la política, como se observa en Santa Fe, donde figuras mediáticas han ganado bancas. Además, la fragmentación del sistema político podría intensificarse, debilitando coaliciones tradicionales.

En provincias grandes como Buenos Aires, el formato deja fuera de la boleta a candidatos más allá de los primeros cinco nombres, obligando a los partidos a recurrir a estrategias adicionales, como la impresión de volantes para informar a los votantes.

La Boleta Única de Papel, aunque más equitativa, es significativamente más costosa que el sistema tradicional. En Buenos Aires, por ejemplo, se estima un gasto de 3.600 millones de pesos en comparación con los 840 millones de la boleta partidaria múltiple. Además, se prevé un conteo más lento debido a la necesidad de adaptación de las autoridades de mesa.

Expertos advierten sobre un posible aumento en el porcentaje de votos nulos y en blanco, especialmente en esta primera experiencia. La "fatiga cívica", causada por la complejidad de marcar múltiples casillas, podría disminuir la participación efectiva, especialmente en elecciones concurrentes con más categorías.

El éxito de la BUP dependerá en gran medida de la capacitación de autoridades, fiscales y votantes. Organizaciones como CIPPEC han subrayado la necesidad de campañas informativas y entrenamiento para garantizar un proceso electoral transparente y eficiente.

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