La decisión del directorio fue unánime. El lugar de opositor extremo le restó posibilidades al gobernador peronista, que compitió con un Alberto Weretilneck que se mostró abierto al diálogo con Nación y fue el primero en adherir al RIGI.
Este martes se confirmó algo que ya se venía especulando: YPF instalará la planta de Gas Natural Licuado (GNL) en la provincia de Río Negro, relegando así a Buenos Aires, que se disputaba la multimillonaria inversión.
Para que esta decisión se diera fue fundamental la postura del gobernador rionegrino, Alberto Weretilneck, quien siempre se mostró abierto al diálogo con Nación y fue el primero en adherir al RIGI. En contrapartida, Kicillof siempre fue uno de los mandatarios de mayor oposición al Gobierno.
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Ante este panorama, la decisión del directoria de la petrolera estatal fue unánime.
El desenlace se encaminó semanas atrás, cuando el propio presidente Javier Milei se pronunció públicamente a favor de los patagónicos. Esa presión política más la negativa del gobernador a adherir al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones, terminaron de inclinar la balanza a favor de Punta Colorada.
Kicillof tenía en carpeta la creación de un RIGI propio, pero demoró su presentación en la Legislatura bonaerense, mientras repetía que el compromiso de hacer la inversión en Bahía Blanca era anterior a la medida impulsada por Milei. Incluso este miércoles estaba previsto un viaje de legisladores del oficialismo para reunirse con el intendente Federico Susbielles, al que estaba invitados todos los bloques opositores.