El crimen de Juan Antonio García Sepúlveda, un hombre de 77 años asesinado durante un robo en su vivienda del barrio La Esperanza III, en el oeste de Godoy Cruz, tuvo cierre judicial con dos condenas firmes. En el marco de un juicio abreviado final, Lucas Leonel Díaz Pérez (24) y Martín Rolando Exequiel López Álvarez (34) recibieron penas de 23 años y medio de prisión como coautores de homicidio en ocasión de robo, tras un acuerdo entre la fiscalía y la defensa que fue homologado por el juez Agustín Pedro Chacón.

La investigación estuvo a cargo del fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien además juró este martes como fiscal en jefe, mientras la causa avanzaba hacia su desenlace.

El caso se inscribió en un contexto de fuerte violencia en el Gran Mendoza: entre el sábado 17 y el domingo 18 de agosto de 2024 se registraron cinco crímenes en poco más de 48 horas, un período que en el ámbito periodístico fue bautizado como un "fin de semana de furia", con hechos vinculados a ajustes de cuentas, disputas entre bandas y tiroteos, además del asalto que terminó con la muerte del septuagenario.

El asesinato de García Sepúlveda fue descubierto minutos antes del mediodía del domingo 18. Un sobrino llegó al dúplex de la manzana 12 y encontró la puerta principal entreabierta. Al ingresar, halló a su tío muerto en el baño, boca abajo, amordazado y atado de pies y manos. La escena activó un operativo policial, la intervención de Policía Científica y el traslado del cuerpo al Cuerpo Médico Forense.

En un primer momento se evaluó la posibilidad de un conflicto familiar, pero esa hipótesis perdió fuerza con la incorporación de pruebas. Testigos aportaron un dato clave: dijeron haber visto a dos hombres salir de la vivienda con un carrito de supermercado cargado con objetos de valor, lo que reforzó la línea de un robo domiciliario con la víctima reducida dentro de su casa.

Según la reconstrucción del Ministerio Público, los autores amordazaron a García Sepúlveda, sustrajeron distintos elementos y escaparon, dejándolo inmovilizado en el baño, sin chances de pedir auxilio. El hombre murió sin recibir asistencia.

La pesquisa avanzó con el análisis de cámaras de seguridad y el estudio de rastros genéticos levantados en la escena, que arrojaron un match positivo para identificar a uno de los sospechosos. Con esos elementos, la División Homicidios localizó a los presuntos autores en el sector conocido como La Isla del Campo Papa. Tras una vigilancia discreta, detuvieron a dos jóvenes y los trasladaron al Polo Judicial.

Ambos fueron imputados por homicidio en ocasión de robo. Con el correr de los días, uno quedó desvinculado y el otro fue identificado como Díaz Pérez. Más tarde, la investigación sumó una segunda detención: López Álvarez fue capturado en su domicilio del Campo Papa, donde intentó fugarse.

En un allanamiento posterior, los investigadores secuestraron dos televisores y un carro canasto que habían sido sustraídos de la vivienda de la víctima, un hallazgo que terminó de comprometer su situación procesal y que derivó en el acuerdo de juicio abreviado que ahora quedó firme.