Las distintas realidades que les toca vivir a los vecinos de ambos lados del Acceso Este.
El Unimev y el Santa Ana, tal vez los dos barrios más icónicos de Guaymallén. Dos grandes pilares del departamento de donde provienen hombres y mujeres que con los años hicieron grande al municipio más poblado de la provincia.
Si bien ambos barrios tiene una antigüedad cercana a los 50 años, con algunos agregados más nuevos, llama la atención la diferencia en el cuidado que le imprime el municipio a uno y otro. Vale simplemente pasear o darse una vuelta en auto por las calles de ambos conglomerados y podrá notar esta situación.
Mientras en el barrio Unimev las calles siguen siendo asfaltadas, algunas inclusive por segunda o tercera vez, según manifestaron los propios vecinos, en el Santa Ana hace dos años que fueron dinamitadas y aún siguen destruidas. La culpa de esto se "la patean" del municipio, a Aguas Mendocinas y de estos a Edemsa. ¡Qué calamidad!
Mientras en el Barrio Unimev, las noches parecen días, de acuerdo a sus flamantes luminarias, en el Santa Ana, la oscuridad se hace cómplice de la inseguridad.
Mientras que en el Unimev se llevan a cabo grandes encuentros de artesanos y noches musicales, en el Santa Ana los comerciantes y vecinos tiene que dejar los vehículos a cuadras de sus garages, no porque la afluencia de visitantes sea mucha, sino porque las calles están destruidas y los ingresos a las viviendas se hace sorteando huecos, caños rotos, lagunas y escombros.
"Tengo que traer a mi hijo a la escuela y está todo cortado. No hay calles, no hay planificación, porque si usted corta una calle deja la otra", explica un vecino del Santa Ana.
Otro, que es comerciante, dice resignado: "Desde mediados del 2022 está nuestra calle en obras. Antes tenía dos personas que me ayudaban a atender, ahora lo atiendo yo y me sobra el tiempo. Sé que el barrio va a quedar precioso, pero tenemos la paciencia tan pero tan agotada que cuesta verlo a futuro".
Según dijeron las autoridades, en el Barrio Santa Ana, en simultáneo se está llevando a cabo la renovación de redes de agua y cloaca, la renovación de calles y la reconexión de las nuevas cañerías con los medidores de Aguas Mendocinas. Esta última tarea, que obliga a romper "todas las veredas del barrio", está generando un evidente malestar vecinal.
El escenario decrépito se multiplica por varias calles a la redonda, generando un verdadero caos para los vecinos que se ven obligados a transitar por zonas en obras, en muchos casos sin señalización adecuada y con el peligro latente de sufrir algún tipo de accidente.
Importantes arterias como Corrientes, Cabildo, Fader, están intransitables o en el mejor de los casos a medio habilitar. Eso sin contra con otras calles de menor tránsito, que se han convertido directamente en huellas de tierra.
Ante esta situación, los vecinos del Barrio Santa Ana exigen respuestas inmediatas a las autoridades correspondientes, y solicitan que se tomen las medidas necesarias para minimizar el impacto de estas obras en la vida cotidiana de la comunidad.
"La molestia va a ir disminuyendo", se esperanzan desde la comuna dirigida por Marcelino Iglesias. "Quizás no parece, pero hemos avanzado mucho. Sucede que es tanto pero tanto lo que hay que hacer en el barrio, que quizás no se percibe y la imagen es que estamos haciendo todo al mismo tiempo. Y todavía quedan acequias por hacer, cordones, hay hormigón que está carcomido, hay raíces de árboles que emergen en las veredas", dijo el secretario de Obras Públicas de Guaymallén, Marcos Calvente.
Pasando en limpio, la gente sigue esperando, enojada y sin respuesta.