Este 24 de diciembre comienza la hazaña de Walter Álvarez, el primer deportista ciego de Argentina que emprenderá el camino para hacer cumbre en el Aconcagua. La expedición de este alvearense de 49 años forma parte del proyecto "Aconcagua con Sentido", que tiene como objetivo inspirar a las personas a superar sus miedos y a no rendirse.

La Dirección de Áreas Protegidas del Ministerio de Energía y Ambiente acompaña a Walter en todo el proceso: desde la gestión del trámite del ascenso hasta la exención del canon, para garantizar la igualdad de oportunidades y la accesibilidad inclusiva a los paisajes y áreas naturales de Mendoza.

También se le brindaron todas las recomendaciones del guía de montaña Andrés Griffouliere, y se ha puesto a su disposición el personal del cuerpo de guardaparques de todos los campamentos ante cualquier necesidad específica.

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 Su extinción ahora va a permitir acelerar la baja de los precios en los primeros meses del año entrante. Hay que tener en cuenta que desde el 23 de noviembre ya no se cobraba a las importaciones.

Walter perdió la vista a los 19 años tras sufrir un accidente luego del viaje de fin de curso. Lejos de rendirse, encontró en el deporte un espacio de superación personal. Al poco tiempo de quedar ciego, comenzó a entrenar con un grupo de General Alvear y hoy tiene en su historial maratones, triatlones y varios ascensos en cerros del país.

"El primer libro que leí en braille era de un ciego que subió el Everest. Buscando información sobre el Aconcagua, me encontré con que otros ciegos de Europa y Norteamérica lo han ascendido. Entonces, ¿por qué no lo haría yo, que la tengo tan cerca?", aseguró el deportista en una entrevista.

El ascenso al Aconcagua tiene una duración estimada cinco días, durante los cuales Walter tiene como meta alcanzar la altura máxima de 6.962 metros sobre el nivel del mar. Para lograr esta marca histórica, ha entrenado muy duro y ha hecho ascensos de aclimatación en Piedra Grande, en Cordón del Plata, a 3580 metros sobre el nivel del mar.

Este proyecto no solo representa un desafío físico y emocional para Walter, sino también una oportunidad para inspirar a otros a no sentir que la discapacidad como un límite, sino como un desafío de superación.