En 1923, el arqueólogo Howard Carter logró conmocionar al mundo, tras el hallazgo de la tumba del faraón Tutankamón. Trabajaba en el sitio desde fines del año anterior y, tras ardua labor, dio con el sarcófago intacto, con la momia que cambió la historia de la arqueología mundial.
Hace 100 años, un arqueólogo se volvió famoso ante un descubrimiento que cambió la historia de la arqueología en el mundo: la tumba del faraón Tutankamón.
En noviembre de 1922, comunicó el hallazgo del sitio y, en marzo de 1923, el arqueólogo y egiptólogo Howard Carter, de Gran Bretaña, anunció el hallazgo de la tumba del rey Tutankamón en Tebas.
Es, sin dudas, uno de los hallazgos arqueológicos más grandes de la historia humana y consta de cuatro salas repletas de objetos.
"La tumba KV62, situada en el Valle de los Reyes (Egipto), es una tumba real egipcia que contiene a la momia de Tutankamón. Fue descubierta en 1922 por Howard Carter bajo los restos de las viviendas de los trabajadores de la época ramésida, lo que la salvó de los saqueos de ese periodo. Como dato curioso, Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al tocarlas", ilustra Wikipedia.
La historia cuenta que, luego de meses de minuciosa tarea arqeuológica, el 20 de marzo de 1923 Carter abrió la cámara interior y halló el sarcófago del faraón, la momia de Tutankamón. "Desde que apareció el primer tramo de escalera el 4 de noviembre de 1922, el avance de la excavación fue lento y minucioso, concluyendo el 8 de noviembre de 1930, fecha en que se sacaron los últimos objetos", cierra la crónica.