Autoridades estadounidenses realizaron una operación conjunta de la Guardia Costera, el FBI y HSI en aguas internacionales para ejecutar una orden de embargo contra un buque usado para transportar crudo venezolano e iraní sancionado. La operación busca bloquear redes internacionales de financiamiento a organizaciones terroristas.
Las autoridades de Estados Unidos confirmaron la incautación de un buque petrolero en aguas internacionales, frente a las costas de Venezuela. La operación fue ejecutada tras una orden de embargo y tuvo como objetivo un navío utilizado para el transporte de petróleo sujeto a sanciones, proveniente de Venezuela e Irán. La acción es parte de una estrategia norteamericana más amplia para bloquear redes internacionales de financiamiento a organizaciones terroristas.
La Fiscal General Pamela Bondi confirmó la incautación, señalando que el buque llevaba años bajo sanciones estadounidenses debido a su vinculación con una red ilícita de transporte de crudo destinada a la financiación de grupos calificados como terroristas por Washington.
La operación, que contó con el apoyo de la Guardia Costera, el FBI, Homeland Security Investigations (HSI) y el Departamento de Defensa, se culminó "de manera segura" y da continuidad a la investigación dirigida para impedir el tráfico de hidrocarburos sujetos a sanciones.
El presidente Donald Trump había adelantado la incautación, calificando a la embarcación como "el petrolero más grande jamás incautado" por Estados Unidos cerca de las costas venezolanas. Este operativo se enmarca dentro del mayor despliegue militar estadounidense en el mar Caribe en décadas, enfocado en combatir el narcotráfico y el contrabando internacional de crudo.
La Casa Blanca ha intensificado la presión diplomática, económica y militar sobre el régimen de Nicolás Maduro, bajo la premisa de combatir el narcotráfico y aislar financieramente a la dictadura. La acción de embargo se ejecutó al amparo de la legislación estadounidense, aunque no se especificaron detalles sobre los responsables de la tripulación ni el destino final de la carga.
Nicolás Munafó, Adrián Salonia y Fabián Solís fueron demorados, les retuvieron los pasaportes y no les permitieron el ingreso al país.
Funcionarios estadounidenses citados por Bloomberg indicaron que esta acción corresponde a la profundización de la campaña para detener el flujo de recursos hacia estructuras acusadas de terrorismo. El crudo sancionado de Venezuela a menudo se moviliza a través de:
"Petroleros fantasma" que cambian de nombre o manipulan sus sistemas de rastreo para eludir la detección y realizar transferencias en alta mar.
La confiscación de este petrolero refuerza la advertencia a los operadores marítimos internacionales sobre los riesgos de transportar crudo venezolano, enfrentando la posibilidad real de decomisos y acciones judiciales.
El embargo estadounidense ha afectado gravemente la exportación de petróleo venezolano, limitando las ventas directas de PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) a un grupo reducido de clientes, principalmente refinerías chinas. Aunque la producción diaria de crudo se mantiene alta, la mayor parte se comercializa a precios rebajados debido a las restricciones impuestas por Washington.
En declaraciones a Politico, Donald Trump sugirió que los "días de Maduro están contados" y que la opción de una intervención militar directa "pronto" podría activarse. Esto refuerza la percepción de una escalada de tensiones, contextualizada por Bloomberg en el marco del despliegue militar estadounidense en el Caribe, cuyas operaciones ya han destruido más de veinte embarcaciones relacionadas con el tráfico de drogas.