El mandatario colombiano, Petro, manifestó que no reconoce la soberanía de la isla Santa Rosa. En caso de no llegar a un acuerdo, Petro advirtió que podría presentar una demanda internacional contra Perú.
La soberanía de la isla Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas, ha desatado una controversia diplomática entre Colombia y Perú. El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha manifestado su desconociendo la soberanía peruana sobre la isla, advirtiendo sobre la posibilidad de presentar una demanda internacional en caso de no alcanzar un acuerdo.
Petro cuestionó la presencia de un helicóptero ruso con militares en la isla, argumentando que no se ha llegado a un acuerdo bilateral sobre su pertenencia. El mandatario también criticó la creación por parte de Perú del distrito de Santa Rosa de Loreto, que incluye la isla, acusando al gobierno peruano de apropiarse de "un territorio colombiano en la Amazonía".
En respuesta, el gobierno peruano ha reafirmado su soberanía sobre la isla, señalando que la bandera peruana ondea allí desde hace décadas y que Santa Rosa forma parte de la isla de Chinería, asignada a Perú en 1929. Además, Perú argumenta que la isla se encuentra al oeste del límite internacional establecido por el "thalweg" del río Amazonas.
Petro rechaza esta postura, argumentando que la isla Santa Rosa surgió después de la década de 1950, por lo que el tratado limítrofe de 1922 exige un acuerdo bilateral para determinar su soberanía. El mandatario colombiano ha manifestado su disposición a reactivar la Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera Colombo-Peruana (Comperif) y confirmó su asistencia a la reunión programada para el 11 y 12 de septiembre en Lima.
La disputa se centra en la interpretación de los tratados limítrofes que rigen la frontera entre Colombia y Perú, en particular el tratado de 1922 y los acuerdos posteriores de 1928, 1929 y 1934. Expertos señalan que la naturaleza cambiante del río Amazonas, con la aparición de nuevas formaciones en su lecho, complica la definición de la frontera.
A pesar de la tensión, Petro descartó cualquier acción militar, abogando por el diálogo como vía para resolver la controversia. Sin embargo, advirtió que, de no lograrse un acuerdo en el marco del Comperif, Colombia recurrirá a una demanda internacional.