Con 456 toneladas y casi 40 metros de largo, el reactor HG-D-3501 quedó varado en plena Ruta 40. El operativo histórico de traslado hacia la refinería de Luján de Cuyo se frenó por una falla de cálculo: el puente de la Ruta 7 no soporta su peso. Ingenieros y operarios trabajan contrarreloj para apuntalar la estructura y evitar un colapso que podría costar millones.
El convoy avanza a paso de tortuga, pero con la determinación de una epopeya industrial. El reactor HG-D-3501, fabricado por Impsa para YPF, se convirtió en protagonista de una postal insólita: detenido en la Ruta 40, frente a calle Los Ciruelos, esperando que un puente se fortalezca para dejarlo pasar.
La escena parece sacada de una película de ingeniería extrema. El puente de la Ruta Nacional 7 sobre la Ruta Provincial 15, entre Agrelo y Perdriel, no estaba preparado para semejante carga. Su límite: 40 toneladas. El reactor: más de diez veces eso. La solución: una estructura de aluminio que refuerce la base y permita el cruce sin riesgos.

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Desde el miércoles, un equipo de ingenieros y operarios trabaja sin descanso. Cortes de tránsito, andamios, placas, tacos y listones se ensamblan como piezas de un rompecabezas técnico. Uno de los apuntalamientos ya está firme; el otro, aún en proceso. Hasta que ambos estén listos, el reactor seguirá detenido, y con él, el cronograma de puesta en marcha de una unidad clave para reducir el azufre en el diésel.
El operativo, que debía durar tres días, ya duplicó su tiempo. A 4 km/h, cada hora perdida se multiplica. Y aunque el recorrido fue planificado desde 2024, el cuello de botella del puente tomó por sorpresa a todos. Vialidad Nacional evalúa los estudios técnicos presentados por la empresa transportista, mientras el país observa cómo un gigante de acero espera su turno para cruzar.