El líder norteamericano afirmó en la carta que le envió al presidente brasileño que el trato judicial a Bolsonaro "es una vergüenza internacional"; el líder brasileño prometió reciprocidad.
La tensión entre Estados Unidos y Brasil alcanzó un nuevo punto crítico este miércoles, luego de que el presidente Donald Trump anunciara la imposición de un arancel del 50% a todas las importaciones brasileñas, en un gesto sin precedentes que mezcla razones comerciales y políticas. La medida, que entrará en vigor el 1° de agosto, provocó la inmediata reacción del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien advirtió que cualquier incremento unilateral de tarifas será respondido conforme a la Ley de Reciprocidad Económica.
El conflicto se desató en medio de las declaraciones de Trump, quien acusó a Brasil de mantener una relación comercial "muy injusta" con Estados Unidos y denunció lo que calificó como una "caza de brujas" judicial contra su aliado, el expresidente Jair Bolsonaro, actualmente procesado en Brasil por su presunto rol en el intento de golpe de Estado de enero de 2023.
"Brasil no ha sido bueno para nosotros, no ha sido bueno en absoluto", afirmó Trump, quien formalizó la decisión a través de una carta enviada a Lula en la que también criticó el proceso judicial contra Bolsonaro. Como consecuencia del anuncio, el real brasileño cayó cerca de un 2% frente al dólar.
Lula respondió con firmeza a través de un mensaje en la red social X: "Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie. La defensa de la democracia en Brasil compete únicamente a los brasileños". El presidente enfatizó que el juicio a Bolsonaro es competencia exclusiva de la Justicia brasileña y que no tolerará interferencias extranjeras.
La crisis diplomática se profundizó cuando la embajada de Estados Unidos en Brasilia respaldó públicamente las declaraciones de Trump y cuestionó la actuación judicial en el país sudamericano. Ante esta postura, el gobierno de Lula convocó al encargado de negocios de la embajada estadounidense, Gabriel Escobar, para exigir explicaciones. La convocatoria constituye una señal diplomática de desagrado.
La decisión de Trump de imponer aranceles tan elevados -muy por encima del 10% que había anunciado en abril pasado- implica una ruptura en la relación comercial entre ambos países. Pese a los dichos del mandatario estadounidense sobre un supuesto déficit con Brasil, datos oficiales revelan que Estados Unidos tuvo un superávit de 650 millones de dólares en el intercambio bilateral en el primer trimestre de 2025.
Trump justificó su decisión alegando que Brasil ha atacado la libertad de expresión y que su sistema judicial persigue injustamente a Bolsonaro. "Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una vergüenza internacional", escribió el mandatario en la carta.
Bolsonaro, por su parte, celebró el respaldo de Trump y denunció ser víctima de una "aberración jurídica". El exmandatario, procesado por planear un intento de golpe tras perder las elecciones de 2022, sigue siendo una figura divisiva en Brasil.
El enfrentamiento llega en un momento sensible: Lula intenta consolidar su liderazgo regional tras la reciente cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, mientras que Trump profundiza su perfil proteccionista y su defensa de aliados de ultraderecha en la región.
La decisión de imponer un arancel del 50% representa un paso sin precedentes en la utilización de herramientas comerciales para presionar políticamente a otro país. Por ahora, la tensión entre ambos gobiernos sigue escalando, sin señales de distensión inmediata.