Ya son 20 meses de un conflicto que deja decenas de víctimas todos los días. Solo en las últimas 24 horas murieron 74 gazatíes y 371 resultaron heridos. También fallecieron siete soldados israelíes en un ataque.
La tregua entre Israel e Irán volvió a poner en el centro de la escena la devastadora situación en la Franja de Gaza, donde el conflicto, que ya lleva más de 20 meses, ha provocado una catástrofe humanitaria sin precedentes y mantiene a decenas de personas como rehenes en poder de Hamas.
Según el Ministerio de Salud de Gaza -bajo control del grupo islamista-, solo en las últimas 24 horas murieron 74 palestinos y otros 371 resultaron heridos. En paralelo, Israel confirmó la muerte de siete soldados tras un ataque en Jan Yunis, al sur del enclave. En total, el conflicto ha dejado más de 56.000 palestinos muertos, en su mayoría civiles, y más de 1.600 bajas israelíes, incluidos soldados y víctimas del ataque inicial de Hamas el 7 de octubre de 2023.
Desde la cumbre de la OTAN en La Haya, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su optimismo ante un posible acuerdo. Aseguró que su emisario para Medio Oriente, Steve Witkoff, le transmitió que "Gaza está muy cerca" de una solución.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pretende aprovechar el impacto político del cese del fuego con Irán para cerrar también el capítulo de Gaza. Un eventual acuerdo para liberar a los rehenes y frenar los ataques reforzaría su imagen de liderazgo en vísperas de unas posibles elecciones anticipadas.
Desde el inicio del conflicto, Israel ha golpeado duramente a los grupos armados respaldados por Irán, como Hamas y Hezbollah, debilitando sus capacidades militares. Además, la reciente caída del presidente sirio Bashar al Assad -aliado clave de Teherán- consolidó aún más su estrategia en la región.
Sin embargo, la presión internacional se intensifica. Varios países europeos han exigido el fin de la ofensiva y un comité especial de la ONU ha advertido que la operación israelí presenta características "consistentes con un genocidio", una acusación que Tel Aviv rechaza categóricamente.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza es desesperante. La infraestructura está prácticamente destruida, la mayoría de la población vive en ruinas o campamentos, y la ayuda humanitaria llega con cuentagotas. El sistema de salud está colapsado y las víctimas se multiplican a diario.
Ante este escenario, Qatar relanzó una iniciativa de mediación. Hamas confirmó que las conversaciones con mediadores egipcios y qataríes "se intensificaron en las últimas horas". Uno de los negociadores, Bisahara Bahbah, aseguró que un acuerdo podría alcanzarse "en cuestión de días".
Jehad Abu Salim, director del Fondo de Jerusalén, destacó que la reciente tregua entre Irán e Israel puede representar "una oportunidad real" para avanzar hacia el fin de la guerra. Sin embargo, advirtió que si no hay avances diplomáticos concretos, Netanyahu podría optar por una escalada militar para preservar la cohesión de su coalición interna.
En el plano doméstico, Netanyahu enfrenta una fuerte presión interna. La oposición exige un acuerdo para liberar a los rehenes y terminar la guerra. "Es el momento de traer a todos los rehenes a casa y llevar a Israel hacia un nuevo camino", declaró el líder opositor Yair Lapid.
El reclamo más contundente proviene de las familias de los secuestrados. El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas advirtió que "haber alcanzado una tregua con Irán y no lograr lo mismo en Gaza sería un grave fracaso diplomático".
Con la atención internacional nuevamente enfocada en Gaza, el desenlace de estas negociaciones será clave no solo para el futuro del enclave palestino, sino también para el equilibrio político dentro de Israel y en toda la región.